30.5.17

¡Por mis pistolas!


John Madden, después de haberse empeñado en mortificar a las plateas con dos innecesarias entregas sobre las historias del Exótico Hotel Marigold (o sea, el más alto grado del buenismo viejuno), vuelve a la carga con un film mucho más potente que, en parte, entronca con su interesantísima La Deuda. Se trata de El Caso Sloane, un thriller político que abriga un punto crítico sobre la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, aquella que protege el derecho a poseer y portar armas a los ciudadanos norteamericanos.

La cinta se centra, principalmente, en Elizabeth Sloane, una ejecutiva sin escrúpulos que, en su lucha a favor de conseguir una nueva legislación para el control de la tenencia de armas, se enfrentará al todopoderoso lobby armamentístico a pesar de saber que, en su obstinación, puede arriesgar el prestigio obtenido a lo largo de su carrera profesional; una carrera, sin embargo, plagada de puntos oscuros y cercanos a la corrupción política.


La ambigüedad del personaje de Sloane es una de las bazas que hacen aún más interesante la película de Madden: una mujer que, a pesar de sus buenas intenciones en derrocar la insana Segunda Enmienda, esconde cartas no muy legales en su maquiavélica partida contra el poder establecido; una doble moral que, a través del excelente trabajo de Jessica Chastain, hace que el espectador no sea excesivamente duro a la hora de juzgar sus acciones.


A la sobriedad con la que Chastain afronta su controvertido rol, hay que sumarle un buen número de secundarios que, en todo momento, saben estar a la altura de su protagonista principal, tal y como sucede con Mark Strong, John Lithgow o Sam Waterston y, de entre ellos, destacando ante todo la fuerza con la que Gugu Mbatha-Raw da vida a Esme Manucharian, una de las compañeras litigantes de Sloane que, en un pasado, se vio envuelta como víctima en un tiroteo en un instituto norteamericano.


Un thriller político vigoroso, lleno de ágiles y contundentes diálogos y capaz de poner en solfa uno de los grandes conflictos de la sociedad norteamericana actual: el de la tenencia incontrolada de armas y lo que ello conlleva. Cercana, en pretensiones, al mejor cine de Costa-Gavras, quizás patine un poco en el (un tanto forzado) giro que le impregna Madden a su recta final; un giro que, sin embargo, no altera para nada la calidad de un producto inteligente, bien escrito y, repito, con una Jessica Chastain fuera de serie.

“¡Por mis pistolas!”, clamaría Charlton Heston si levantara la cabeza y visionara  El Caso Sloane.

3 comentarios:

Rizog dijo...

Pues la verdad se nota interesantísimo y es muy posible que quiera verlo cuanto antes pueda, pero sin mortificaciones de críticas o algún asunto similar. Espero que sea una película con grandes momentos, como las que me gustan.

Decorados cinematogràficos Moya dijo...

Aún no he tenido la oportunidad de ver este film, pero esta en mi lista de películas por ver.
Por cierto, ¡Muy buen post!

El Señor Lechero dijo...

Mañana cae.

P. D. Que se ha muerto Paul Avildsen.