5.7.16

Marcianada

Ya en 1996 Roland Emmerich castigó a las plateas de todo el mundo con Independence Day, una cinta en la que se narraba, de forma muy desacertada y a través de un tono exacerbadamente pro yanqui, una invasión extraterrestre en todo regla; un producto lleno de ridiculeces y de metraje exagerado (casi dos horas y veinte de proyección) al que Tim Burton, ese mismo año y de manera genial, le dio la vuelta por completo a través de su divertida Mars Attacks!.


20 años después, Emmerich vuelve a probar fortuna con su secuela, Independence Day: Contraataque, una nueva vuelta de tuerca sobre el mismo tema, aunque en 3D y mediante un festival de efectos especiales mucho más conseguidos que en su primera entrega. El resto es más de lo mismo: las mismas ridiculeces, idéntico canto patriótico y alguna que otra gotita humorística de lo más patética.


Para aderezar la marcianada, repite con algunos de los personajes del film anterior. Bill Pullman, que en la primera encarnara a un presidente de los EE.UU. dispuesto a combatir en primera línea a los alienígenas, refrenda el mismo rol, aunque ahora desde el punto de visto de un ex presidente hippioso y de modo no muy convincente, mientras que Jeff Goldblum vuelve a interpretar a un experto científico al que nadie hace ni puto caso, al tiempo que, entre otros, vuelve a contar con la presencia del profesor chiflado al que ya diera vida Brent Spiner. De propina, hay que contar con un montón de actores de la nueva generación de lo más soso e inconsistente, aunque por suerte, sin la presencia de Will Smith, nos ahorramos las sarta de gracias y chistes malos con que los nos torturó en su día. La verdad es que es una pena ver pasearse por este circo y más perdida que un gusano en un plaza de toros a la pobre de Charlotte Gaingsbourg en un papel de lo más innecesario.


La película no va más allá de los efectos especiales. Pura digitalización sin más materia prima. Su guión resulta de lo más absurdo (¡y eso que constan 5 tíos acreditados como guionistas!) y, tratándose en teoría una película  fantástica de acción, su falta de ritmo acaba por aburrir hasta a las musarañas. 

Nada. Nada de nada. Mucho querer epatar con sus imágenes, pero Emmerich sigue sin dar pie con bola. Y amenaza con una tercera parte.

4 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

Emmerich se jubilará / fenecerá queriendo ser como Spielberg y estando más próximo a Uwe Boll. Siempre le quedará "StarGate"... espero que no se le ocurra continuarla.

P. S. Un gusto leerle otra vez, Maese Spaulding.

caligula dijo...

¿StarGate? si eso es todavía peor que Independence Day (¿a este tío por qué nunca le traducen el título de sus películas?). Que, por cierto, sí que tuvo una continuación, en forma de serie de TV. Supongo que igual de mala que la película.

y con el calor vuelve Spaulding...

El Señor Lechero dijo...

Pues qué quiere que le diga: la primera parte -la del descubrimiento y la exploración- me parece entretenida. Luego todo degenera en la típica ensalada de tiros y explosiones que tanto le gustan a Emmerich. En cuanto a la serie, tuvo la sana virtud de coger la premisa de la peli, tirar a la basura todo lo demás y tomárselo todo con sana diversión. Diez temporadas y dos series derivadas la convierten en uno de los productos de ci-fi televisiva más duraderos. La prueba de su valor es que a don Ronald no le gusta y quiere hacer otras dos pelis de StarGate. Al paso que va, no sé si Kurt Russell (del que el señor Spaulding decía ya en el remake del Poseidón que no se aguantaba ni los peos) y James Spader (que ha perdido sus pintas de empollón) estarán para esos trotes.

Spaulding dijo...

Pues yo estoy más con Calígula... Lo de Stargate no hay por donde cogerlo.