Recién salido el sol, en el Auditorio pudimos
conocer Victoria, el nuevo trabajo del alemán Sebastian Schipper, un thriller
bajo el que se atisba un experimento formal tan compacto como bien construido,
ya que se filmó mediante un único plano secuencia, durante una sola noche por
las calles de un Berlín suburbial; un plano secuencia real, sin trampa ni cartón, o sea, sin
ningún corte, rodado a pelo, tal cual, durante las dos horas y media que dura
su proyección. La cinta empieza sobre las 4 de la madrugada y termina dos horas
y pico después, sobre las 6.30 de la madrugada y, en ella, se nos muestra la tensa
aventura que vivirá una joven emigrante española que, tras una sesión de
discoteca, iniciará un flirteo con un joven no muy fiable quien, en compañía de
sus amigos, la conducirán hacia terrenos no muy recomendables. Tensa y dura,
sin muchas concesiones, lo mejor del producto, se encuentra en la más que
brillante interpretación de su protagonista femenina, la catalana Laia Costa,
una chica capaz de dotar a su personaje de un sinfín de matices interpretativos y que, con el tiempo, espero que nos de alguna que otra sorpresa
más. De hecho, por su gran actuación, merecía haberse llevado el premio a mejor
actriz del certamen, pero se lo robaron descaradamente. Una nueva Maribel Verdú en potencia.
A continuación pude ver la muy sobrevalorada The Final Girls, una comedieja de serie B, bastante zetosa, que resulta de una
especie de mezcla alucinada entre La Rosa Púrpura de El Cairo y Viernes 13, ya
que sus protagonistas, para huir del incendio declarado en una sala de cine, entran en
el interior de la pantalla en la que se está proyectando una vieja película
ochentera al más puro estilo Viernes 13. Dirigida por el neoyorquino Todd
Strauss-Schulson, no es más que un homenaje bastante insulso al cine de terror
que, protagonizado por adolescentes bastante tarados y calentorros, iban
muriendo en manos de un psicópata despiadado, un género que entusiasmo al
público más joven durante un par de décadas. Poco guión, un mucho de humor
barato y simplón, cuatro golpes tremendamente efectistas (aunque esperados) y
un sinfín de guiños, ordenados sin orden ni concierto, a un estilo de cine muy
concreto. Como mínimo aliciente, la presencia de Taissa Farmiga. Y poca cosa más.
Partisan, del australiano Ariel Kleiman, es una de
esas cintas innombrables que, de vez en cuando, nos toca soportar como
penitencia a aquellas pobres almas que transitamos por este Festival. Su punto
de partida, a priori, parecía interesante: una pequeña escuela de niños asesinos
ubicada en el corazón de una ciudad deprimida y regentada por un tipo sin
escrúpulos, capaz de reclutar a los mismos desde el día de su nacimiento, la
mayoría de ellos hijos de madres solteras, brindándoles educación y comida.
Pero la cosa se queda ahí, en la exposición inicial. El resto, amén de amodorrante y vacío, roza el
minimalismo más absoluto. Lenta y visualmente abigarrada, nos castiga además
con un Vincent Cassel que nos muestra, sin pudor alguno, su parte más
histriónica y pedantilla. Para huir lo más rápido posible de ella.
Por suerte, cerrando la jornada, la contundente The Salvation, un western de producción danesa y filmada en Sudáfrica en la que,
mezclando el clasicismo del género con toques al más puro estilo Sergio Leone,
su director, un tal Kristian Levring, nos mete de lleno en su propuesta a
través de una historia de venganza de las de toda la vida, en las que un hombre
intentará dar con los hombres que acabaron con la vida de su mujer y de su hijo.
Visualmente atractiva y narrativamente visceral y cruel, nos sigue demostrando
lo buen actor que es Madds Mikkelsen quien, en esta ocasión, se mete en el
pellejo de un tipo amargado que busca vengarse a toda costa. Y es que,
últimamente, el cine danés está en pleno auge y triunfa, incluso, cuando
apuesta por el western. Entretenida, violenta y perfectamente resuelta, aparte
de contar con personajes secundarios tan sorprendentes con el de la inquietante
mujer con el rostro marcado (Eva Green). Una interesante manera de terminar el
día.
Continuará…
2 comentarios:
Primero: madre mía lo que mola Eva Green en esa serie tan chorra producida por Sam Mendes y dirigida al principio por Bayona!! Esa de Penny Dreadful... pero, coñe, lo que ha empeorado físicamente, con lo guapa que estaba en Los Soñadoras y en aquella de 007 que hizo.
Segundo: ya que está con lo del terror y yo me he pasado a la tele, le informo de una serie de cuatro o cinco capítulos, británica para más señas y de hace unos años que se titula Dead Set. Otra más de zombies, sí, es cierto. Pero tiene coña porque, tras el inicio del holocausto zombie, todo el mundo se ha enterado menos los concursantes de Gran Hermano, que no pueden enterarse de nada. Y, claro, se acaban enterando a lo bruto.
Tercero: hoy estamos de luto. Se ha muerto Melissa Mathison, conocida como exmujer de Harrison Ford (y ahora el mozuelo está con una anoréxica sin talento) y, sobre todo, guionista de ET.
Del Penny Dreadful me vi incapaz de pasar del segundo episodio, por mucho Bayona que haya por ahí en medio. La del Gran Hermano zombi la vi hace un tiempo y me lo pasé muy bien.
Pobreta Mathison. DEP.
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