La verdad es que, tras haber visto Sabotage, el anterior film de David Ayer (un thriller de serie B que destaca por la amoralidad de sus protagonistas), tenía muchas ganas de enfrentarme a Corazones de Acero (estúpido título español del original Fury), una cinta bélica ambientada durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial en territorio alemán, cuando los integrantes de la tripulación de un tanque norteamericano (el Fury del título), tras varias misiones en el frente, deberán plantar cara a una encrucijada un tanto suicida.
Producida, entre otros, por un Brad Pitt con unas
tremendas ganas de volver a repetir (muy a su manera) un personaje similar al que
dio vida en Malditos Bastardos (el de asesino compulsivo de nazis), la cinta
tiene un inicio impactante y al mismo tiempo reflexivo pues, a la mínima
ocasión, su realizador y guionista, aprovecha para soltarle al espectador algún
que otro dilema moral, tal y como sucede en la escena en la que el sargento Don
“Wardaddy” Collier obliga al acobardado soldado novato del que tiene que hacerse cargo, a
asesinar de un balazo por la espalda a un prisionero alemán.
Hasta aquí todo parece funcionar a la perfección.
Describe con todo lujo de detalles (y suciedad incluida) el carácter de sus cinco
personajes principales (los tripulantes del Fury), resaltando sus neuras y
fobias y otorgándole a cada uno de ellos alguna que otra pincelada muy
concreta; detalles que tienen su momento de máximo esplendor durante la mejor
escena de la película: una tensa comida en el interior de la vivienda de dos
mujeres germanas que acaban de vivir la entrada de las tropas americanas en su pueblo.
El gran problema de Corazones de Acero es que, de
golpe y porrazo, olvida todo tipo de cuestiones éticas y, contra todo
pronóstico, se convierte en un film soberanamente aburrido. Le cuesta pasar a
la acción y, cuando lo hace (como en su alargadísima contienda final), aburre
aún más. La cinta solo hace que incidir, una y otra vez, en el empecinamiento
del sargento Collier (un Brad Pitt cansino que no para de hacer muecas con su
mandíbula) por demostrar su enfermiza pasión por su Fury del alma, en el rollo
religioso del personaje de un desaborido Shia LaBeouf, en lo brutote y corto de
entendederas que es el militar al que da vida un desmadrado Jon Bernthal o en el
cargante toque hispano de un Michael Peña que da la impresión de que tan sólo pasaba por
ahí.
El que en realidad se lleva el gato al agua
(interpretativamente hablando) es el joven Logan Lerman metiéndose, de forma
sobria, en la piel de Norman Ellison, un soldado novicio, asustado ante los
horrores de la batalla y cuya única experiencia anterior era la de mecanógrafo;
un personaje que en un principio está muy bien definido pero del que, por culpa
de un guión no muy bien desarrollado, no se entiende su precipitado y radical
cambio de actitud ante la guerra.
Un film fallido, en exceso reiterativo y que no
aporta nada nuevo a un género plagado de grandes títulos. Bueno, sí: que las
ráfagas y disparos de ametralladoras, tanques y todo tipo de armamento ya eran como en Star Wars: en plan láser de colorines.
8 comentarios:
Vaya hombre! que me llevan a verla este fin de semana! ya me ha chafao.
Por cierto, en cuanto al título, también la cagaron con aquel Corazones de Hierro, en principio Casualties of War, película taaaan olvidada pero que no estaba tan mal, salvo que no había forma de creerse a Michael J. Fox en el papel que le tocó.
Por último, el tal Logan Lerman no estaba mal en Las Ventajas de ser un Marginado, junto a los otros dos (la niñata de Harry Potter y el tío raro de Tenemos que Hablar de Kevin), pero seguro que es una película que a usted no le entusiasmó.
Corazones de Hierro me parece un más que interesante film de Brian de Palma, mientras que la del "marginado" no la he visto aunque tengo por ahí una copia en DVD. Algún día a lo mejor me la miro y empiezo a maldecirle.
Corazones de Hierro está bien, es interesante lo que cuenta y mantiene el suspense, pero el careto de niñato del J. Fox... no sé. Eso y las escenas en el bus de USA. De todas formas, la vi hace muco.
con la del marginado, ya noto como me maldice...
Finalmente, a mí no me ha parecido tan mala, pero es que ya acepto cualquier cosa como argumento de una película. Aunque los preparativos de la última batalla final todos metiditos en el tanque fue bastante larga y coñazo, además de lo inverosímil de esa batalla (¿pero no iban con bazocas o lanzamisiles o lo que fuera?)
Ahora tengo una pregunta: sobre las dos alemanas de la escena de la comida, la mayor de las dos, ¿es la prota de Cuatro Meses Tres Semanas y Dos Días? porque se parece muchísimo.
Pues sí señor. es Anamaria Marinca, la misma de los 4 meses.... Vaya vista tiene usted, buen hombre.
Es que la de 4 Meses, etc es un pedazo de piniculón (gracias por recomendarla, don Spa), varias veces la he visto ya. Y el personaje en cuestión es de los más bonitos que he visto en mi vida.
"The imitation game" y "Venganza 3"han sido mis últimas adquisiciones para la causa cinéfila. A la del tanque no tengo muchas ganas de acercarme; menos después de leer su crítica, maese Spaulding.
Tengo ganas de ver The Imitation Game. Esa me apetece.
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