13.1.15

Broadway como terapia

Tras la decepcionante Biutiful, el mejicano Alejandro González Iñárritu se tomó un descanso de cuatro años para gestar su último film, Birdman, una brillante pirueta técnica y artística, rodada en un único y sorprendente plano secuencia (aunque evidentemente manipulado) y protagonizada por un Michael Keaton en estado de gracia que, a su vez, es secundado por gente como Edward Norton, Emma Stone, Naomi Watts o Zach Galifianakis, entre otros; un plantel de actores a cual mejor, todos ellos geniales en sus respectivas interpretaciones.


A medio camino entre la comedia y el melodrama, Iñárritu nos muestra los devaneos psíquicos de Riggan Thomson, un actor que vivió tiempos mejores después de convertirse en un rostro popular por haber interpretado en la pantalla grande a Birdman, un superhéroe que le convirtió en una estrella a la que, con el paso de los años, se le fue apagando su esplendor; un tanto como le sucedió al propio Michael Keaton tras dar vida a Batman a finales de los 80 bajo las órdenes de Tim Burton; un Riggan que, dispuesto a recuperar su autoestima y resurgir de las cenizas, prepara se debut teatral en los escenarios de Broadway a través de una obra protagonizada y dirigida por él.


Birdman se centra en los días anteriores al estreno de la obra elegida por Riggan, cuando entre bambolinas, sobre el escenario o en los camerinos, se ensaya y discute sobre la obra y sobre las neuras de cada uno de los distintos y complejos personajes que forman parte de la compacta trama urdida por Iñárritu en compañía de tres guionistas más.

Y allí, en medio de esa especie de pesadilla infernal de tintes fantásticos, humorísticos y cáusticamente dramáticos, un Michael Keaton que tendría que ser galardonado con todos los premios habidos y por haber, siempre al límite del histrionismo pero sin caer en él en ningún momento y haciendo de su particular Riggan Thomson un personaje único que lucha contra sus fantasmas personales y con la tensa relación que mantiene con su segundo de a bordo, un espléndido Edward Norton que carga con el papel de un actor vanidoso dispuesto a adaptar la obra teatral a sus gustos particulares; un duelo interpretativo que es seguido muy de cerca por una insuperable Emma Stone, la hija de Keaton en el film, capaz de expresar sólo con la mirada que surge de sus ojazos todo tipo de sentimientos.


Una joya en estado puro para empezar con buen pie la nueva temporada cinematográfica. Dirigida de manera magistral y con un pulso narrativo, escénico e interpretativo de gran envergadura, se trata de una propuesta que, a buen seguro no dejará indiferente a nadie, sea para bien o para mal. En mi caso, ya me la anotó en mi agenda para formar parte de lo más mejor del 2015. Una gozada que arremete contra los designios de la fama y su inevitable devenir pasajero. Y, de propina, una sonora bofetada al mundo de la crítica teatral y cinematográfica.

4 comentarios:

caligula dijo...

Cuando vea esta peli, que le tengo muchas ganas y espero que pueda ser este fin de semana, le digo.

De momento lo que le digo es otra cosa:

Se ha muerto un tal José Luis Moro, que yo no sabía quién era, pero que resulta que es el que se inventó a la Familia Telerín que mandaba a la cama a mis hermanos mayores (a mí me tocó con un monstruo que se llamaba Casimiro), y por lo visto algún que otro hito publicitario y carteles y títulos de crédito de películas de la época

http://www.elmundo.es/television/2015/01/13/54b58908268e3ec2218b4576.html

Spaulding dijo...

Yo debo ser de la quinta de su hermano, calígula, pues también era de los que se iban a la cama con los Telerines. Es más, en esa época asistí embelesado al estreno de un largometraje protagonizado por esas criaturas.

caligula dijo...

Sabe usted una cosa? esta de Birdman ya la vi. Y nada más verla no me pareció para tanto así que no comenté nada. Ahora que ha pasado una semanita, creo que la he ido apreciando un poquito más cada vez. Me da a mí que esta peli requiere un segundo visionado para que entonces me parezca ya la leche. Creo que al final sí que me ha gustado...

Spaulding dijo...

Son de esas pelis que se han de digerir con pausa y tranquilidad... aunque a mí me entró a la primera de cambio.