22.7.14

El mono es un lobo para el mono


El Amanecer del Planeta de los Simios arranca diez años después del final de su brillante predecesora, El Origen del Planeta de los Simios, justo cuando la Humanidad ha sido destruida a causa de un virus y el mundo entero ha caído en manos de los simios. Ambientada, al igual que la anterior, en la ciudad de San Francisco y sus aledaños, en esta entrega se nos muestra el enfrentamiento de un grupo de humanos supervivientes con los simios que han montado su propia comunidad en los bosques cercanos a la derruida ciudad. Los primeros intentan llegar a una presa situada en territorio simiesco, mientras que los segundos, liderados por el chimpancé César, debatirán si han de combatir con los hombres o pactar con éstos.

Esta es la premisa inicial de una secuela que, en esta ocasión, ha caído en manos de Matt Reeves, el mismo de Monstruoso y el dignísimo remake norteamericano de la sueca Déjame Entrar. Técnicamente impecable y otorgándole más protagonismo a los simios que a los humanos, la cinta peca, sin embargo, de no poseer la originalidad y frescura que esgrimía su primera entrega, así como de alargar en extremo (hasta sobrepasar de largo las dos horas de metraje) una trama que, por repetitiva, resulta de lo más cansino.

Algún apunte interesante (al estilo de “el mono es un lobo para el mono”) a la hora de retratar la formación de la comunidad simiesca o en la descripción de los avances intelectuales de estos, se van desdibujando por culpa de la más que previsible (y azucarada) relación que se establece entre César y Malcolm, el humano de turno que, en esta ocasión (e interpretado por un desaborido Jason Clarke), viene a sustituir la desaparición de Will (el personaje al que diera vida James Franco en el título anterior) y, ante todo, en el desmelenado tono con el que un (casi siempre) pasado de rosca Gary Oldman se mete en la piel de uno de los líderes supervivientes de la hecatombe.


Espectacular pero, por ser un film de aventuras, aburrido y lleno de altibajos narrativos que se ven compensado por algún que otro pasaje ciertamente logrado (como el primer encuentro entre simios y humanos o el agorilado intento de “golpe de estado”). Sin lugar a dudas, lo mejor del producto estriba en la presencia de Andy Serkis, ese actor todoterreno y de rostro desdibujado que, con su cuerpo, ha dado movimiento a todo tipo de criaturas, desde el César de este título, pasando por Gollum, King Kong o el mismísimo Capitán Haddock.


Con el final de El Amanecer del Planeta de los Simios todo queda abierto a una nueva entrega. La franquicia sigue totalmente en marcha. Y aún pueden caer un montón de títulos más antes de llegar al (esperado) fundido con el emblemático y magistral El Planeta de los Simios dirigido en 1968 por Richard J. Schaffner. Que el Dios de los monos nos pille confesados.

2 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

No descarte usted más monadas, teniendo en cuenta lo mal que están de ideas en Jólibud, maese Spaulding.

Anónimo dijo...

Hello there! This article could not be written any better!
Going through this article reminds me of my previous roommate!
He constantly kept preaching about this. I am going to send this post to him.
Pretty sure he'll have a good read. Thank you for sharing!


Here is my page jungle heat hack