Son dos seres ignominiosos, aunque totalmente
cabales, de aquellos con los que me gustaría compartir mesa a menudo. Cuentan
que son hermanos siameses, que nacieron unidos por la cabeza, aunque se llevan
cinco años de edad. Malas lenguas aseguran que el padre se reía de ellos,
negándose a separarlos quirúrgicamente por resultar tan bizarros. Ahora, en su
mayoría de edad, atienden por Faemino y Cansado. Ayer aterrizaron en Barcelona
para estar con su espectáculo, Parecido No Es Lo Mismo, hasta el domingo.
Gracias a ellos y sin leer a Kierkegaard, sé que
Portugal es el trozo pintado de amarillo en el mapa de la península ibérica y
que hablar en árabe, si te pones, es muy sencillo; otra cosa es leerlo, porque
va “pa l’otro lado”.
Son dos filósofos de la vida. Uno cartesiano, el otro enfurruñado. Dos psicólogos al servicio de la maltrecha sociedad actual. Ayer, viéndolos, de tanto reír, acabé llorando. Y
llegué a casa dopado de satisfacción para varios días. La inyección de optimismo que regalan a
su público es francamente impagable. Y sólo por 25 euracos.
Son lo mejor de lo mejor. Hoy mismo repetiría.
4 comentarios:
Me acaban de pasar una nota...
ein?
Está claro, caligula, que usted no lee a Kierkegaard.
Pues no, no lo leo. Sólo les he visto una vez en directo en Madrid, cuando iban casi todos los jueves (creo que jueves) a la Sala Galileo, que no sé si seguirán haciéndolo. Me reí, la verdad que sí, pero no he vuelto.
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