30.8.16

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Gene Wilder pero nunca se atrevió a preguntar.

Ayer, tras montarse en el expreso de Chicago, Gene Wilder traspasaba una frontera que le alejaba de un mundo de fantasía en el que llegó a flirtear con gente como Bonnie y Clyde y el hermano más listo de Sherlock Holmes.

Los productores de Hollywood, al descubrirlo, se volvieron locos de remate y la mujer de rojo en persona y tras vivir una terrorífica luna de miel, le definió como el mejor amante del mundo.

Empiecen la revolución sin mí”, nos aconsejó ayer antes de partir mediante una fuga muy chiflada. Antes de seguir su recomendación y en compañía de el jovencito Frankenstein, nos aposentaremos en unas sillas de montar calientes y le daremos un largo y cálido adiós.


Descanse en paz, buen hombre. Y muchísimas gracias por las horas de alegría que nos regaló.

7 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

Le tenía mucho cariño a sus pelis, sobre todo a las que hizo con Richard Pryor. Las últimas eran muy malas, pero es una debilidad de adolescencia.

Manel Larriba dijo...

Juraría que "El jovencito F." es la película con la que más me he reído jamás. Mucha gracia y muchas gracias, señor Wilder.

caligula dijo...

Batallita del abuelo:

Respecto a El Jovencito Frankenstein, sepa usted don Spa que no he sido capaz de verla entera. La primera vez que lo intenté fue en un cine de verano en la playa, allá cuando yo tenía unos 6 ó 7 años. Todo se debió a la afición de mi hermano por llevarme a ver películas de miedo, tales como Pesadilla, Los Chicos del Maíz o Reanimator (esta última en un loco programa doble junto a West Side Story...), por no hablar de alguna mierda de serie B tipo Serpiente de Mar, alguna de las secuelas de Tiburón o esa cosa llamada XTRO. Con lo cual, entre el cartel de la película (ya sabe: el castillo en el centro, Gene Wilder gritando a la izquierda y el bizco de ojos enormes a la derecha, las nubes y los rayos), la palabra Frankenstein y el comienzo, yo ya me cagué de miedo. Sí, fue sin razón, pero tenga en cuenta que venía de sufrir unas cuantas películas de miedo en días anteriores, tenía 7 años y no me fiaba de mi hermano. Así que le obligué a salir del cine y llevarme a casa con papá y mamá.

Con el tiempo me regalaron la película en DVD y varias veces me dispuse a verla. Pero indefectiblemente, pasara lo que pasara, siempre me quedaba dormido y siempre en la misma parte: cuando vuelven a localizar a la criatura, me quedo amodorrado y acabo durmiéndome en la escena en la que Gene Wilder y la criatura bailan en un escenario. Y ya me despierto casi al final, cuando están cada uno con su pareja en su dormitorio... lo que ocurre en medio no he podido verlo nunca. Y mire lo que lo he intentado.

Fin de batallita del abuelo

Spaulding dijo...

Pues nada, caligula... Ya sabe lo quele toca esta semana como homenaje a Wilder: ver enterita, de cabo a rabo, El Jovencito Frankenstein.

El Señor Lechero dijo...

¿Por qué no avanza el disco hasta esa parte, don Caligae?

caligula dijo...

Don Leches: las películas hay que verlas enteras, desde el principio, y no por fascículos como si fueran novelas por entregas. Así que siempre la ponía desde el principio.

Creo que seguiré el consejo de don Spa, la veré entera pero esta vez la acompañaré de alguna cervecilla...

El Señor Lechero dijo...

Yo pensaba igual hasta que me dormí très veces con Beowulf. Desde entonces, trato las pelis como libros cuando las veo en casa.