15.4.14

Cruising


Los bosques que rodean un gran lago francés, son el enclave ideal para que varios homosexuales acudan al lugar a practicar nudismo y cruising en medio del follaje. Este es el único escenario geográfico que enmarca la historia planteada por el director y guionista Alain Guiraudie para El Desconocido del Lago, un film de temática claramente gay y totalmente explícito en sus numerosas escenas de sexo.

Planteada, en sus primeros minutos, como un melodrama indie, la cinta da un giro hacia el thriller cuando uno de los jóvenes y asiduos visitantes del lago, durante un anochecer, se convierte en testigo de excepción de un asesinato para, posteriormente, sentirse atraído fatídicamente por la figura del criminal, un tipo que, físicamente y a grandes rasgos, es una especie de mezcla entre Freddie Mercury y Tom Selleck.


Hasta aquí todo resulta más o menos pasable, aunque sea difícil de asimilar el enamoramiento de un hombre a sabiendas de que su nuevo amante no es más que un asesino con poquísimos escrúpulos. El problema es que, una vez planteado su argumento, el desarrollo de éste opta por derroteros bastante ridículos y nada factibles, empezando por la patética y grotesca figura de un inspector de policía que aparece por el lugar para investigar la aparición de un cadáver en el agua, así como por su resolución final, una especie de tomadura de pelo filmada desde la más absoluta oscuridad. Eso sí, para darle algo de (falso) empaque cultureta a la cosa, se monta una facilona metáfora entre la imagen de los invasores siluros del lago y el asesino de marras.

Vistos los resultados, El Desconocido del Lago, aparte de resultar un trabajo aburridísimo y narrado sin ningún tipo de nervio, está realizado con la única y gamberra intención de provocar al público más conservador quien, entre otras delicatessen, podrá disfrutar de la inclusión de primerísimos planos de penes erectos, de una felación mostrada de forma detallista, de numerosas enculadas e incluso, de propina, de una corrida en la que no se escatima ni en chorro ni en cantidad de semen. Vaya, una especie de porno con coartada gafapastosa.

2 comentarios:

caligula dijo...

Pues si. Todo un coñazo. No la vi terminar. A mi es que el porno cultureta me destroza y me parece un toston. Me parece la excusa de los gafapastas para no parecer tan salidorros como todos los demas cuando lo son. Pero como aburren no lo parecen. Lo mismo que con La Vida de Adele...

Spaulding dijo...

Uffff, la Vida de Adele, que además es larguísima. Al menos, esta cosa del lago, lo único largo que tiene son las pollas.