3.12.04

From Sitges with love (I): Racismo y bobinas erróneas

Sitges ya ha empezado. El reencuentro con los amigos, saludos varios, abrazos, un Carlos Pumares efusivo y un curioso encontronazo nocturno con Guillermo Toledo (que algún día les contaré), han sido los detalles más intimos y emotivos de una primera jornada llena de problemas con el departamento de Prensa (como cada año, para variar) y con alguna que otra proyección un tanto accidentada.

Lo de Prensa ya no tiene nombre. O sí, en realidad tiene un nombre, ya que en Sitges, los responsables de ese departamento, practican un arte que en ningún Festival del mundo utilizan y que bien se podría tildar, en mayúsculas, de RACISMO, pues han dividido a los reporteros allí convocados en dos tipos de castas: las de clase A (los VIP, para entendernos, unos poquitos tan sólo) y las de clase B (los pobretones, unos muchos). A estos últimos, entre los que me encuentro, nos racionan llas proyecciones, aunque viviendo en un país de pícaros, la experiencia de otros años, te obliga a trampear sobremanera para acabar viendo las mismas películas que los very important persons.

Dejo ya a un lado los (pésimos) desaguisados de la organización del Festial para entrar de lleno en lo que ha supuesto, durante la jornada de ayer y esta misma mañana, las películas proyectadas a las que he podido asistir.

Me gustaría, ante todo, destacar el ritmo frenético y la fuerza visual del título inaugural, Sky Captain y el Mundo de Mañana, una cinta delirante y atípica, original en su tratamiento visual (cercano al de Europa de Lars Von Triers) que, siguiendo las coordenadas de esas novelitas gráficas (pulps) por entregas que se pusieron de moda años ha, nos narra una entretenida y acelerada historia, ambientada poco tiempo después de la Primera Guerra Mundial y en la que se mezclan, con total fortuna, robots gigantescos, aviadores intrépidos y viajes a parajes inexplorables (la Atlántida y Sangri-Lah, por ejemplo). Curiosamente, esta cinta tuve la oportunidad de empezar a verla dos veces. Y digo empezar ya que, en el pase de prensa, se proyectó con sus bobinas totalmente alteradas, con lo que se trastocaba patéticamente las intenciones originales de su director. Por suerte, pude asistir posteriormente a la sesión inaugural de gala en la que ya se había subsanado ese error.

Aprovechando la accidentada proyección antes citada, pude ver Infernal Affairs, un título de Hong Kong, inscrito dentro de sección Orient Express, que venía precedido de un gran éxito en su país de origen, lo cual provocó un par de secuelas que tambien se pudieron conocer ayer en este certamen. Su primera entrega se trata de un correcto thriller policiaco sobre agentes infiltrados en la mafia local y polis corruptos trabajando desde el lado de la ley y el ordén. Para entendernos, la cinta, en plan amarillo, es una mezcla entre Serpico y El príncipe de la Ciudad.

Esta mañana, a primerísima hora y aún un tanto dormido, he podido conocer el primer film a concurso, Birth, la publicitada historia de amor entre una magnífica Nicole Kidman (con unos recursos interpretativos capaces de ponerle a uno la piel de gallina) y un niño de diez años. La historia resulta original y elegentamente realizada, aunque su morosidad narrativa (se toma su tiempo el director para contárnosla) y ciertos desmadres de guión en su parte final, acaban rompiendo un tanto sus buenas intenciones iniciales.

Y después otro título a concurso, procedente del Sundance Festival, Primer, lo que ha supuesto la primera huida considerable de público de uno de los cines del certamen. La historia aún no sé bien de que trata. La cuestión es que unos yuppies muy colgados se pasan más de veinte minutos moviendo muebles en el garaje de uno de ellos, experimentando al mismo tiempo con no se sabe que coño de artilugios y materias. A los veinte minutos ya estaba en la calle, charlando con mi viejo amigo Chus Parrado y despotricando del mundo con un airado Carlos Pumares. Mi cuñado Absence no sabe la suerte que ha tenido de poder ahorrarse este engendro de película.
Les dejo. Como ven, he posteado esto con mínimos recursos, pocos links y con ganas de seguir festivaleando. Cuendo pueda, vuelvo a colgarles alguna cronica más.
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Comentarios recuperados de HaloScan (a 2/04/2005)

Gracias por la crónica. Que curioso eso de las bobinas cambiadas. ¿Se sabe el motivo? ¿el proyectista tomó unas copas de más?
Es curioso lo de "Primer", ví el trailer y prometía, una lástima. Espero que no pase lo mismo con Machinist. A seguir disfrutando. Y a ver si se hace una foto con Pumares y la publica que seguro que no tendría desperdicio.
Woed Homepage 12.03.04 - 9:47 pm #

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Según me ha contado una persona de la organización, las bobinas venían ya equivocadas dentro de las latas.

Esta noche Absence y yo cenamos con Pumares, aunque el hombre no es muy amigo de las fotos. Pero queda apuntado.
Spaulding Homepage 12.04.04 - 10:16 am #

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Lo de las bobinas de las pelis siempre me recuerda anécdotas de esas de "Y nadie se dió cuenta" pero es que este 2004 comiquero ha pasado algo así DOS veces.

En el "Batman/Superman" de Norma se saltaron una página llenita de diálogo. Y Aquí no ha pasado nada.

Pero fue más divertido lo del "Supreme" #4 de Dolmen, un cómic con guión de uno de los grandes en el que se mezclaron las paáginas antes de la encuadernación con lo que no había forma de leerlo correctamente.

Antes de que la gente protestara dio tiempo a que alguno elogiara el uso de la narrativa fraccionaria y los arriesgados flashback que usaba Moore.

Total, que entre esto y la Leyenda Urbana sobre Pulp Fiction no hay tanta diferencia.
Jónatan S. Homepage 12.05.04 - 1:49 pm #

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Es que hay mucho imcompetente y mucho sabiondo, Shark. ¿Quiere creerse que esta mañana, domingo, un pase de prensa del festival ha sido, durante 1 hora y media con las luces de sala encendidas?
Spaulding Homepage 12.05.04 - 9:54 pm #

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Si yo le contara o contase o contuviera...

En el Expocomic se empezaba con un Cineforum dedicado a la GRAN! "Supersonic man". [Antes de la inauguración, pero ese es otro tema]

Al llegar a la sal de proyecciones nos encontramso con una... sala de escobas o algo así... con ventanas a los lados y fluorescentes. Para las ventanas la organización pegó cartones/cartulinas de color negro. Para apagar los fluorescentes... dado que no encontraban(encontrábamos) interruptor alguno optaron por desenroscar los tubos para proporcionarnos la tan necesaria oscuridad...

Y del sonido ni hablo...
Jónatan S. Homepage 12.06.04 - 1:02 pm #

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