18.11.20

SITGES 2020: Jornada 2 (de prostíbulos y asesinatos, de moscas adiestradas y de westerns embrujados)

El segundo día del Festival amaneció con La Vampira de Barcelona, una cinta que, ambientada en la ciudad de Barcelona a principios del siglo XX, retrata la historia real de una mujer, Enriqueta Martí, que fue acusada injustamente de asesinar y secuestrar varias niñas, imputándole todo tipo de delitos. El filme, del debutante Lluís Danés, se adentra en una particular escenografía, muy expresionista y al mismo tiempo teatral, que remite directamente al título homenajeado este año por el certamen, El Gabinete del Dr. Caligari, aunque salvando las distancias. Demasiado retórica en su planteamiento, la cinta se adentra en los tejemanejes políticos y sociales de un pasado macabro y oscuro, en donde un prostíbulo se convierte en el principal foco de atención de un sinfín de personajes maquiavélicos y corruptos. Pese a su aire innovador y rompedor, a mí me resultó un tanto aburrida, aunque con varios destellos de sabiduría cinematográfica. A destacar, ante todo, el nutrido grupo de sobresalientes actores de la escena catalana.

Ya convertido en un habitual del certamen y habiendo creado con su particular humor una genuina (y a veces discutible) legión de fans, el director francés
Quentin Dupieux se embarca en el que, a mi gusto, es su mejor producto. De trata de Mandíbulas, una muy absurda y divertida comedia en la que un par de colegas muy colgados, tras descubrir por azar a una mosca gigante en el maletero de un coche, deciden adiestrarla y así dar rienda suelta a sus posibles y millonarios negocios. Una alocada y surrealista historia, llena de sorprendentes gags, que hará las delicias del público más gamberro y que contiene algún que otro guiño a los delirantes Beavis y Butt-Head. La carcajada está servida.

Cerrando el día, sufrí en mis propias carnes el despropósito de Aaron B. Koontz que lleva por título The Pale Door, una mezcla totalmente anticlimática entre el western y las películas de brujas. De filmación totalmente plana y con unos nefastos actores sacados del peor de los castings posibles, narra una olvidable historia sobre dos hermanos y su banda de forajidos quienes, tras asaltar un tren, deciden pasar la noche en un prostíbulo de mala muerte que les deparará inesperadas sorpresas. Aunque la verdadera sorpresa es que un producto tan patético como éste llegue a programarse en cualquier festival. Para gustos, colores. Por suerte, acabé dormido ante tan soporífera propuesta.

To be continued...

16.11.20

SITGES 2020: Jornada 1 (de la guerra civil española y muertos vivientes, de nazis coreanos y de monjas satánicas)

El jueves 8 de octubre, hace más de un mes, empezó la 54ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya en Sitges; una atípica edición que se vio marcada por las numerosas medidas de seguridad impuestas por el coñazo del Covid19 que nos está amargando la existencia a todos nosotros. Y, ni corto ni perezoso, después de dos años sin poder acudir al certamen, en esta ocasión pude regresar al mismo en plena forma.

La película inaugural fue Malnazidos, una cinta española dirigida al alimón por Alberto de Toro y Javier Ruiz Caldera, en la que asistimos a una curiosa mezcla entre las películas sobre la guerra civil española, el cine de nazis y el género de zombis. Un trabajo entretenido, un tanto alocado que, filmado con pulso firme, termina por convertirse en un trepidante filme de aventuras fantásticas y que, por momentos, de manera un tanto peligrosa y al mismo tiempo bienintencionada, se asoma sin pudor a la eterna (y a veces tópica) dicotomía de los colores políticos. Un producto digno, narrado sin complejos y con un buen elenco de actores totalmente metidos en sus diversos roles, de entre los que cabe destacar Miki Esparbé y Aura Garrido.

A continuación tocó enfrentarse a uno de los mayores fiascos del festival ya que, después de haber disfrutado de lo lindo hace unos años con el
Train To Busan del coreano Sang-ho Yeon, llega ahora su nefasta y olvidable secuela, Península, en la que el realizador se olvida de recuperar a sus antiguos personajes y, aún sumergido en una hecatombe zombi, apuesta por una historia tan ridícula como falsamente acelerada. Un montón de personajes sin entidad alguna (empezando por una caterva de niños insufribles), un sinfín de abusivos efectos especiales de lo más cantarín y un par de forzados homenajes cinéfilos (sin gracia alguna), a la serie Mad Max y al 1997, Rescate en Nueva York. Una pena de película.

El último film que pude ver durante el primer día de festival fue
Amulet, una de esas tomaduras de pelo que a menudo se pueden ver en Sitges. Se trata de un producto británico, dirigido por la actriz y directora Romola Garai y cuyo único aliciente se encuentra en la presencia de Imelda Staunton (¿qué pinta aquí la pobre Imelda disfrazada de religiosa diabólica?). Una mezcolanza de cine gafapastoso, aburrido hasta la médula y plagado de incoherencias inexplicables en la que se mezclan sombras de una guerra muy reciente, una jovencita al cuidado de una anciana madre y un monja un mucho infernal. Un coctel tan poco exclusivo como irritante.

To be continued…

1.11.20

Connery, Sean Connery

Fue Bond, James Bond, el mejor espía del mundo quien, desde Rusia con amor llegó a enfrentarse con el mismísimo Goldfinger y el perverso Dr. No. Organizó la Operación Trueno, una misión tan especial que, bañada en diamantes para la eternidad, consiguió aseverar que sólo se vive dosveces, a pesar de que dijera a viva voz nunca digas nunca jamás.

Un loco maravilloso que, instalado en la casa Rusia, con mucho odio en las entrañas y desde lo alto de la colina, vivió el primer gran asalto al tren después de haber dado un supergolpe en Manhattan al lado de los intocables de Eliot Ness.


Se  enamoró de la mujer de paja, flirteó con Marnie la ladrona y desde Cuba, tras ir hasta un puente lejano, vivió diversas aventuras en compañía de la liga de los hombres extraordinarios, Shalako, Zardoz y de Robin y Marian. Posteriormente, intentando no caer en la trampa tendida durante los últimos días del Edén, se embarcó con Indiana Jones y la última cruzada, junto con Robin Hood príncipe de los ladrones.

Fue testigo presencial de un asesinato en el Orient Express, sufrió por la ofensa que, en el nombre de la rosa, le condujo a quedar suspendido en una asfixiante atmósfera cero tras ser salvado por el viento y el león.

Bajo un sol naciente y luchando por la causa justa de perseguir la caza del octubre rojo, se encaramó a la roca ya convertido en el primer caballero por la independencia de Escocia, pasando a formar parte de la leyenda de los inmortales erigido como el hombre que pudo reinar.

Connery, Sean Connery. Por siempre Connery.

27.10.20

Encuentros en la 3ª fase

Más de 2 años sin poder saber nada de ustedes. Y es que una abducción alienígena es un mal rollo que no se lo deseo ni a su peor enemigo. Todo empezó en una extraña noche de hace 3 abriles, cuando una peculiar nave extraterrestre, con forma de porrón, se posó sobre el tejado de mi edificio. Alarmado, subí escaleras arriba en su búsqueda y, deslumbrado por sus potentes focos, fui rociado por un apestoso gas que me dejó totalmente inconsciente.

Cuando desperté, había perdido totalmente la noción del tiempo y me encontré encerrado entre cuatro sobrias paredes blancas. No pude ver a nadie, tan sólo oí unas voces que chapurreaban un extraño lenguaje cuyo confuso idioma me recordó al de un acento marcadamente aragonés, maño total, aunque muy incongruente en sus diversos mensajes.

Alimentado de forma intravenosa, he pasado todos estos años siendo torturado de forma psicológica al proyectarme, durante las 24 horas del día y sin parar, las filmografías íntegras y de forma repetida de David Lynch e Ingmar Bergman. Un martirio total que tan sólo se veía suavizado, momentáneamente, por la jornada en que me ponían alguna cinta de Cantinflas.

Más de 2 largos años, repetitivos y angustiantes, hasta que, de repente y tras haberme anestesiado de nuevo, desperté postrado en el dormitorio de mi casa como si nada hubiera ocurrido.

De esa alucinante experiencia me han quedado ciertas secuelas, siendo la más destacada una fuerte dislexia, tanto ortográfica como numérica, que me obliga a poner más mucha atención en todas las tareas diarias que realizo.

Y ahora les dejo, para iniciar, en breve, un repaso a lo que ha supuesto la 53ª Edición del Festival de Sitges. Mientras, me voy a hacer un poco de caligrafía.

23.10.20

Calentando motores

 Próximamente, de nuevo en sus pantallas.