2.11.07

Gente difunta

BURNHAM, Lester – 42 años. Murió a manos de un vecino de ideas militaristas convencido de que mantenía una relación homosexual con su hijo, un joven que en realidad tan sólo le suministraba marihuana para que pudiera apaciguar su agravada crisis de los cuarenta. Una crisis que, antes de su muerte, le llevó a despedirse de su lugar de trabajo al tiempo que descubría la infidelidad de su esposa con otro hombre, desviando posteriormente sus libidinosas miradas hacía una de las tentadoras amigas de su hija adolescente.

CROWE, Malcolm – 44 años. De profesión, psicólogo infantil. Una bala disparada por uno de sus jóvenes clientes le quitó la vida. Sin embargo, su resistencia a aceptar la realidad y varios asuntos personales y sentimentales por resolver, le mantendrán aún con la fuerza anímica suficiente como para tratar a un niño de 8 años. El pequeño, dotado de fuertes poderes extrasensoriales, atiende por el nombre de Cole Sear y asegura ver muertos por todas partes.

DE COTOVELLO, Fiz – Un ánima en pena que, enterrado a los 44 años de edad, anda dando tumbos por la espesura de un bosque gallego e implorando, a todo aquel que se cruza en su camino, que le invite a un cigarrillo, pues jura y perjura que lo metieron en el ataúd sin un mísero paquete de tabaco en su mortaja. Nadie atenderá sus ruegos, ni siquiera el legendario y cazurro Malvís, más conocido popularmente como el Bandido Fendetestas.

EXPÓSITA – No se le conocen nombre ni apellidos, a pesar de que algunos se refieren a ella como la novia cadáver. A los 39 años de edad y justo en el día de su boda, fue asesinada y enterrada en un frondoso y oscuro bosque. Regresará del más allá para colgarse de Victor Van Dort, el hombre que la desenterró por azar horas antes de que éste sellara su pactado matrimonio con una chica de la alta sociedad. El putrefacto aspecto que ofrece no significará problema alguno para que el bueno de Victor se deje llevar por los pasionales impulsos de ella, la cual le descubrirá ante sus ojos que el mundo de los muertos es mucho más divertido y colorista que el de los vivos.

GILLIS, Joe – 32 años y guionista de profesión. Su cadáver fue descubierto flotando en la piscina de una lujosa mansión de Hollywood, en el renombrado Sunset Boulevard. Según cuentan los informes policiales, Gillis fue asesinado en medio de un arrebato de celos por Norma Desmond, la mujer que le mantenía; una actriz en decadencia y neurótica, vieja gloria del cine mudo y 21 años mayor que él.

GREGG, Daniel – 39 años. De profesión, marino. Murió en un naufragio, a bordo del barco que capitaneaba, frente a las costas irlandesas. Su seductor espectro dejará fascinada a Lucy Muir, una mujer que, recién enviudada, acaba de instalarse, en compañía de su hija y de su fiel criada, en una tranquila y solitaria casita situada justo sobre el acantilado en el que perdió la vida el capitán Gregg.

PENDLETON, Joe – A pesar de sobrepasar en un año los cuarenta, justo antes de morir aún se conservaba en plena forma, siendo uno de los mejores hombres del equipo de rugby de Los Angeles Rams. Su afición a dar largos paseos en bicicleta y la presencia de un ángel de la guarda despistado y bobalicón, harán que pierda la vida arrollado por un autocar antes de su hora prevista. Consciente de que su llegada al cielo es culpa de un error, exigirá explicaciones de todo tipo a las más altas jerarquías del lugar.

PERRY, Holland – A los 9 años de edad perdió la vida al caer al fondo del pozo que pertenecía a la granja de sus padres. A pesar de ello, Martin, su hermano gemelo, no dejará de jugar con él, dejándose atrapar por el mal rollo y las malas intenciones de éste. Un juego macabro, ideado por la mente perversa del pequeño difunto, que provocará una serie de accidentes y acontecimientos inexplicables en la pacífica comunidad rural en la que vivía.

SANDICH, Pete – Experimentado piloto que perdió la vida, a los 42 años, a causa de un accidente durante una operación aérea orquestada para paliar los efectos de un gigantesco incendio en el bosque. Ante el desconsuelo mostrado por su entristecida novia, no dudará ni un instante en regresar a la Tierra para, bajo otro aspecto, buscarle un nuevo y propicio compañero sentimental, al que aconsejará y guiará con la intención de que logre seducirla. Su desmedida afición por el Smoke Gets In Your Eyes de The Platters, nos descubrirá que se trata de uno de los fantasmas más cursilones de la historia del cine

WHEAT, Sam – 39 años. Escultor. Un delincuente callejero le segó la vida descargando en su cuerpo casi todas las balas de una pistola. El suceso ocurrió en una oscura calle de Manhattan cuando regresaba a casa en compañía de su prometida. Convencido de que tras su asesinato se esconde algún misterio que va más allá de la anónima mano ejecutora, contactará con una estrafalaria médium afroamericana para llegar al fondo de su muerte y prevenir de un peligro inminente a su novia.

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