16.12.06

Tú a Londres y yo a California por Lazenby

El título de este post se corresponde con el de otra película de Nancy Meyers, la cual era, a su vez, un remake de una cinta cursi de la factoría Disney de los años 60. The Holiday, su nuevo film, pretende ser una comedia romántica más adulta que su precedente, pero la ñoñería continúa en todas y cada una de sus imágenes, con lo cual, su directora, demuestra seguir fiel a su línea habitual. La Meyers había tenido un pequeño acierto con Cuando Menos Te Lo Esperas, pero con The Holiday retoma la estela de ¿En Qué Piensan las Mujeres?, aquel engendro que, interpretado por Mel Gibson, parecía imposible que estuviera dirigido por una mujer, pues en él se trataba a las de su mismo género como a seres inferiores; mujeres solamente interesadas en encontrar a un hombre que las tuviera contentas.

Iris (Kate Winslet) y Amanda (Cameron Diaz) se intercambian sus domicilios, a través de Internet, para huir temporalmente de sus fracasos amorosos durante las vacaciones navideñas. La primera es propietaria de una coquetona casita en un pueblo, a las afueras de Londres, mientras que la segunda posee una gran mansión en Los Angeles. Intentando escapar de los hombres, conocerán... ¿lo adivinan?... a otros hombres. Al contrario de sus anteriores amantes, estos son amables, sensibles, cariñosos y detallistas; en resumen, perfectos.


En principio, lo que podría haber resultado una sencilla y entrañable comedia, no es más que una sobredosis de azúcar, agravada por la insoportable y recargada verborrea de las protagonistas. Un sinfín de diálogos redundantes y muy poco graciosos alargan hasta el infinito todas sus escenas, consiguiendo tan sólo crispar al espectador y recordarle que ha de cambiar las pilas del reloj, ya que es imposible que éste avance tan despacio. Toda esa charlatanería está aderezada por la sobreactuación de las dos actrices, sobre todo la de una Cameron Diaz exageradamente histriónica; por el contrario, Jude Law y Jack Black parecen un tanto más contenidos que ellas, algo que se agradece muchísimo en este último.

Las situaciones están cargadas de todos los tópicos de las comedias sentimentales que hemos visto a lo largo y ancho de la historia del cine. The Holiday no aporta nada nuevo; ni una escena ni una frase imaginativa. Tan sólo se trata de una película estética y musicalmente cuidada, adornada con acogedoras casas y cancioncillas agradables. Y además, como en este caso se han olvidado del amigo gay, en su lugar han colocado al ancianito adorable, un Eli Wallach que da vida a un ex guionista de Hollywood -de los de la vieja escuela- que le recomienda películas a una de las dos protagonistas; un selecto surtido de títulos que un servidor ya quisiera haber revisando antes que esta tontería.

Y es que, cuando lo más destacado de un producto que sobrepasa las dos horas se localiza en los escasos quince minutos de un gran secundario en pantalla, lo mejor que se puede hacer es llevar a la práctica eso del “¡apaga y vámonos!”.

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