Pues nada, que hoy me apetece empezar el 2017 con lo
más patético de la cosecha del 2016. Y, como siempre, de
lo peor a lo más peor: del 10 al 1 y, en esta ocasión, por tratarse de títulos
para mí inaguantables, no pienso dedicarles mucha parrafada. Al más puro estilo
telegráfico. Estoy gandul y mi cuerpo, en un día como hoy, no da para mucho
más. Vayamos al grano.
10.- Anomalisa. Animación cutrona (y cunnilingüera) al servicio de un amodorrante
y pretencioso film destinado a adultos gafapastosos. Como uno de sus dos
directores se trata de Charlie Kaufman, algunos, sólo por el nombre, ya la han
tildado de película de culto. ¡Mandan cojones!
9.- El Hijo de Saúl. O érase de una cámara pegada al
cogote de un pobre judío deambulando, arriba y abajo, por el campo de
concentración de Auschwitz. Por muy dura que pretenda ser, resulta aburrida y
tediosa hasta extremos insoportables. Alucinadamente consiguió el Oscar a Mejor
Película de Habla no Inglesa. ¡Pero que buenos y políticamente correctos son los de la Academia de Hollywood!
8.- Batman V. Supermán: El Amanecer de la Justicia.
Otro truño más en la lista de despropósitos de Zack Snyder, totalmente deslavazado,
pésimamente narrado e incapaz de lograr una mínima atención por parte del
abrumado espectador. Un disparate gigantesco que no conduce a ninguna
parte.
7.- Joy. Biopic de Joy Mangano, una mujer que de
trabajadora pasó a convertirse en la más famosa de las presentadoras de teletiendas en los EE.UU. Y, de allí, a gran empresaria. De nuevo, el puto sueño americano a toda pantalla. Sosa a más no poder, con una historia que no interesa absolutamente a nadie y
con una insoportable Jennifer Lawrence como principal gancho comercial.
Capitanea el engendro el pesado de David O. Russell.
6.- Ben-Hur. Todo un patético ejemplo de cómo filmar,
de cabo a rabo, una película de aventuras mediante primerísimos primeros
planos. La hostia, vaya. Existiendo la maravilla del Ben-Hur de William Wyler, resulta
totalmente innecesaria. Y ello por no hablar de sus actorcillos de tres al
cuarto y del chirriante look a lo Whoopi Goldberg que le han endosado al pobre de Morgan Freeman.
5.- Frente al Mar. Ni con este melodrama matrimonial, Angelina
Jolie y Brad Pitt lograron enderezar sus rencillas matrimoniales. Indigerible
hasta extremos insospechados. El Pitt se pasa todo el metraje metiendo cara de
tontainas y la Jolie, de mujer despechada y cabreada. El intento de ella,
tras la cámara, de aproximarse al cine de Antonioni. Y, en cierta medida, lo
consigue, pues la cosa acaba siendo igual de plomiza que la mayor parte de la
filmografía del director italiano.
4.- High-Rise. A Ben Wheatley, adaptando la novela
de J. G. Ballard, se le va la mano en todos los aspectos. El retrato de una
sociedad comprimida en el interior de un edificio, con distintas capas
sociales albergadas en él, aparte de absurdo y mal narrado, se me antoja de lo más letárgico y
poco atractivo. En el fondo, su filosofía (barata, barata) es la misma que la de Snowpiercer (Rompenieves), pero sin trempera y en versión culturillas.
3.- Elle. O la paja mental del amigo Paul Verhoeven. Un
inicio prometedor al servicio de un desvarío total que, sin orden ni concierto,
se convierte en un producto apelmazado. Violaciones, venganzas, sadomasoquismo,
amoralidad y cierto toque crítico para con el mundo de la familia. Un quiero y
no puedo, con ansias de cine de autor, que ha hecho las delicias de los gafapastas del lugar. Al menos, de la quema, salvaría el buen hacer de Isabelle
Huppert, a pesar de repetir su rol de casi siempre.
2.- The Neon Demon. Una nueva tomadura de pelo de Nicholas
Winding Refn quien, a través de la segunda paja mental del año, sigue soñando
en convertirse en el nuevo David Lynch del siglo XXI. Top models, vampirismo por
un tubo y poco cosa más. El resto, no se entiende un pijo. Eso sí, a lo largo
de su metraje, de rarezas hay para dar y vender. Caca de la vaca. Viendo sus
resultados, sigo pensando que Drive se la hizo un muy buen amigo.
1.- El grueso del cine español de este año, excepto
honradas excepciones. Es decir, y por primera vez y sin que sirva de precedente, el number one de lo más peor se lo lleva la friolera de siete películas
nacionales, a cual más nauseabunda. O sea: El Mal Que Hacen los Hombres, El Pregón, Toro, Nacida Para Ganar, Acantilado, Secuestro y Cuerpo de Élite. Y seguro que me
he quedado corto. Vaya, para mear y no echar gota.
¡Que tengan un feliz 2017!
3 comentarios:
Que sea pródigo en cine y que usted lo comente por muchos años, maese Spaulding.
Eso espero. Muchas gracias.
Joer!! de todas esas pelis españolas sólo he oído hablar de Cuerpo de Élite y porque la anunciaban por la TV. Del resto, si le digo la verdad, es la primera vez que tengo noticias de que han existido alguna vez. Es que ni idea!! qué mal se lo montan en este país a la hora de promocionar películas!!
Por cierto, a mí sí me gustó El Hijo de Saúl, pero es por puro interés histórico de la época y el Holocausto en sí. Tampoco íbamos a estar de acuerdo en todo!!
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