26.10.12

SITGES 2012: Jornada 7 (virus de famosetes, niños desaparecidos, pulpos alienígenas, morgues de mal rollo y perritos resucitados)

El miércoles 10 de octubre empezó con una presentación en sociedad: la del debut como realizador de Brandon Cronenberg, el hijo de David, con la película Antiviral, un producto muy acorde con las neuras de su progenitor y en la que se nos presenta a una empresa que comercia con virus cultivados en la piel de personajes famosos. Pues eso: el universo enfermizo del padre le ha quedado en herencia al primogénito. Una cinta malsana e igual de perturbadora que su enigmático protagonista, Caleb Landry Jones, que, sin embargo y a pesar de su más que correcta realización, peca de reiterativa. Vamos, a mí al menos me pareció que la historia se quedaba embarrancada sin avanzar demasiado. Vistos los resultados y limando asperezas, el joven Brandon puede convertirse en un buen narrador de historias purulentas y escabrosas.


A continuación, el director de la polémica Martyrs, Pascal Laugier, presentó su nuevo trabajo, The Tall Man, una cinta excelente y con tres registros distintos conseguidos gracias a un par de giros de guión ingeniosos y perfectamente planteados. Rompiendo con la tónica gore (y hasta diría que gratuita) que lucía en Martyrs -aunque salvando parte de ese toque sectario que poseía-, Laugier plantea una historia tensa, misteriosa y por momentos trepidante, en la que el fantástico y el horror van relevándose a lo largo de su metraje. La cinta se acerca a la historia de un pequeño poblado norteamericano, Cold Rock, en la que la población infantil está desapareciendo tras ser raptada por la que dicen ser una figura sobrehumana: la de un ser indefinido, alto y delgado. Un trabajo inteligente, crítico con ciertos aspectos de nuestra sociedad y que, a buen seguro, creará cierto debate entre los espectadores. No les chafo más. Sólo les digo que su principal protagonista, Jessica Biel, aparte de guapa está espléndida.


Grabbers es un divertimento de factura muy irlandesa y de intenciones muy cercanas a la gamberrada que en su día significó (salvando las distancias) la magistral Gremlins. O sea, una aldea al lado del mar, una taberna en donde emborracharse a gusto, mucha camaradería vecinal y, de propina, una grupo de monstruos marinos que, en forma de pulpos y venidos del espacio exterior, empezarán a sembrar el terror entre los habitantes del lugar. El film es sencillo, no aspira a mucho, pero, precisamente por su sencillez, se ganó merecidamente las simpatías del público. Además, hizo pasar un rato agradable a la platea del Auditorio del Meliá, cosa muy de agradecer después de un par de títulos ciertamente tensos. Y es que unas risotadas nunca vienen mal del todo.


Y de una comedia placentera, saltamos sin más al MAL ROLLO (así, en mayúsculas y negrita) por excelencia: el The Weight del coreano Jeon Kyu-Hwan. Mal rollo y mal gusto, todo sumado. La historia se centra en la figura de un hombre solitario y jorobado que trabaja como vigilante de una morgue, excusa que le sirve al tal Kyu-Hwan para divagar y salpicar al espectador con un sinfín de escenas gratuitas en donde la provocación y el morbo cobran un protagonismo especial. El guión es lo que menos le importa a su director: él sólo se aproxima a los cadáveres de la morgue y a su vigilante para fantasear con imágenes enfermizas que puedan ofender a la platea. Cansado de tanto morbo sin sentido, a la media hora decidí huir raudo de la sala para alimentar mi cuerpo serrano. Era la hora de comer y el cuerpo me pedía algo más que una cretinada tras otra.


Por suerte, por la noche, la cosa cambió de tercio y pudimos asistir al esperado estreno del Frankenweenie de Tim Burton. Basándose en el cortometraje de idéntico título que dirigiera en 1984 y en el que un niño resucitaba a su perro muerto siguiendo las mismas artes que el Dr. Frankenstein, Burton ha recurrido a la técnica del stop motion y a la fotografía en blanco y negro para urdir una divertidísima historia plagada de referentes y con un endiablado sentido del humor. La imaginería del realizador, por suerte y después de varios tropiezos, vuelve a estar presente al cien por cien. Una comedia que hará las delicias del espectador habituado, ante todo, a los viejos films fantásticos de la Universal, pues posee un clímax final lleno de guiños cinéfilos de envergadura, totalmente chispeante y trepidante. Atención al monstruario ilustrado que nos ofrece en su recta final; una recta final, cachonda y antológica, que logra hacer olvidar algún que otro bache de su parte central. El Tim Burton de antaño ha vuelto a aparecer.

  To be continued...

2 comentarios:

Jorge dijo...

Y no deja de ser algo triste que para que el Tim Burton de antaño tenga que reaparecer, sea con un material de hace años. Y mire que no sé porque me da que es canto de cisne.

Grabbers la tengo en el punto de mira y reconsidero "The tall man", su trailer anunciaba una más de terror con niño malrollero. Por lo que dice, es algo más. Y Jessica Biel es muy guapa. Su camiseta era lo mejor del remake de "La matanza de Texas".

Espero que no le importe que empiece a aparecer por aquí después de años leyéndolo.

Spaulding dijo...

Al contrario, don Jorge, puede comentar cuanto le apetezca en esta página.

Píllese el Tall Man. Sorprende bastante.