20.6.09

Haga usted su propia película de Paco Martínez Soria

Don Paco Martínez Soria. O, mejor dicho, Pacomartínezsoria; todo junto, sin espacios. Un actor único, símbolo inequívoco de ese cine de charanga y pandereta que ha dejado de existir... Todo era cuestión de calarse la boina hasta el entrecejo y empezar a escupir una sarta de chistes rancios y con cierto regusto a franquismo exacerbado.

Si usted, querido lector, eran fan de don Paco, con los siguientes consejos logrará renacer la filosofía de un estilo cinematográfico que ha quedado en desuso. De hecho, las constantes de la extensa filmografía del actor se resumían en una sola película. Pocos detalles variaban de un título a otro. Ahora es el momento de hacer la gran película que englobe todos sus trabajos.

Ahí van las sugerencias para conseguir tal obra magna. Monte ya su propia película de Don Paco:

1.- Ante todo, hágase con una boina; elemento imprescindible para darle un sano toque de paisanaje al asunto.

2.- Localice a un actor bajito, maño y de cierta edad, al que pueda encasquetarle la susodicha boina y que, entre otras características, posea una agilidad innata para “resbalizarse” cada vez que suba o baje una escalera. La boina ha de lucirla sobre su cocorota con total dignidad y naturalidad, como si fuera un apéndice más de su anatomía.

3.- El nuevo Pacomartínezsoria, también ha de esgrimir un claro e indiscutible acento mañico y, de vez en cuando, como toque humorístico sin par, ha de soltar alguna que otra frase con un deje claramente catalán (de todos es sabido que el hombre pasó su infancia en Barcelona y estableció su propia compañía teatral en la ciudad condal, por lo que, en parte, se le contagió la dicción típica de los llamados "polacos")

4.- El personaje al que interprete puede tener diversas variantes: desde alcalde de un pueblecito aragonés a yayo palurdo –igualmente maño- que llega a la gran urbe por vez primera, pasando por una ristra de estereotipos que van desde taxista a nuevo rico. Siempre ha de ser muy corto de entendederas, poseer un inmenso corazón y sentir una debilidad especial por Madrid. Ineludiblemente, deberá reir sarnosamente en cada uno de los planos del film y esgrimir, al mismo tiempo, los efectos sonoros del ser deudor de una faringitis crónica.

5.- Su afán por mantener unida a la familia ha de significar uno de los puntos clave del hilo argumental. Su esposa, hijos y sobrinos, deberán provocarle más de un dolor de cabeza, pero él, con la frente bien alta y la boina perfectamente calada, soltará sus adecuadas dosis de moralina para enderezar el enmarañado camino tomado por su parentela más cercana. Un sobrino ha de hacerse hippie, porrero y tocar la batería en un grupo rockero; su hija se enamorará de un hombre de color (preferentemente negro) y su hermana, una solterona empedernida, renegará de las sabias indicaciones del párroco de su Iglesia.

6.- Gracias a los observaciones del renacido Don Paco, el sobrino hippie se alejará de la maría y olvidará la batería para convertirse en postor de Cáritas; su hija plantará al negro para casarse con el boticario (un tipo alto, guapo y bien plantado, aunque extremadamente miope, que durante muchos años le había estado tirando los tejos), mientras que su hermana, que podría muy bien atender por el nombre de Consuelo, dejará a un lado sus tiras y aflojas con el párroco para ingresar en un convento de monjas descalzas. Alguna actriz con ciertas similitudes físicas y de dicción con Gracita Morales resultaría de lo más adecuado para este papel.

7.- La esposa de Don Paco ha de ser, inevitablemente, Florinda Chico. Si en Estados Unidos estaba de moda la pareja formada por Rock Hudson y Doris Day, aquí teníamos como dúo emblemático a Pacomartínezsoria y a la Chico. A ser posible, a pesar de la avanzada edad de ambos, ella ha de quedar embarazada. De todos es conocida la calidad procreadora del macho ibérico y, en concreto, del protagonista de La Ciudad No Es Para Mí (cinta en la que se basó claramente Don Siegel para La Jungla Humana)

8.- Éste, a pesar de la devoción que siente por su mujer, ha de mostrar cierta tendencia frívola cada vez que se le cruza en su camino alguna macizorra de buen ver. Un buen escote, enseñando un par de tetorras impresionantes, y una cortísima minifalda, son los elementos de vestuario imprescindibles que ha de lucir la actriz en cuestión. Ésta, en su rol, ha de representar a una vecinita soltera y casquivana o, en su defecto, a una prostituta lanzada aunque de buen corazón. Por cierto, ¿qué sería del cine español de antaño sin la emblemática figura del puterío?

9.- Ha de dejar perfectamente delimitadas ciertas constantes en el personaje que interprete el nuevo Don Paco: fumador empedernido (a ser posible ha de liarse los cigarrillos él mismo) y con una enfermiza tendencia por travestirse; denotar una gran pasión por los melocotones (malacatones en su vesión original); lector impenitente del diario Ya (o,en su defecto, el ABC); claramente racista (los negros le dan un yuyu de mucho cuidado); reacio a todo lo que llegue del extranjero; extremadamente baboso y sobón ante un par de tentadoras piernas femeninas; creyente hasta la médula y, a pesar de su clara ascendencia aragonesa, madridista de pro.

10.- Y ya, para terminar, no deje de bautizar a su protagonista con un nombre que denote, a todas, todas, el fervoroso españolismo del personaje: Benito, Marcelino, Severiano, Rodrigo, Leandro, Lucas o Fermín; cualquiera sería una buena elección ya que, a todos ellos, les cuadra a la perfección estar acentuados por una boina.

Me olvidaba. Para el título de la película puede elegir alguno de entre los que propongo a continuación: A los 80 y Áún Con la Directa Puesta; El Abuelo Se Descoca; La Familia No Da Para Más o El Padre Se Nos Va de Rositas. Y, en su introducción, y sobre unos tìtulos de crédito construidos a golpe de una amalgama de imágenes turísticas de diversos paisajes nacionales -siempre arropados por el ritmo de una machacona melodía sesentera-, no deje de colocar una voz en off sugiriendo las excelencias culturales, gastronómicas y turísticas de nuestro país. Que tenga usted mucha suerte y, con su película, logre desbancar a la millonaria taquilla obtenida en su día por El Turismo Es Un Gran Invento.

Como diría Forges, ¡país! Si en Francía tenían a Louis de Funés, nosotros a Don Paco Martínez Soria. Recuperémoslo de nuevo.

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