7.12.05

Femme fatale

Estamos en medio de una semana extraña. Más que un puente, un acueducto. La mayoría de gente se ha quedado en la gran ciudad. Vayas a donde vayas, está todo a rebosar. Lo mejor, en estos casos (y según la filosofía Spaulding) es quedarse en casa, apalancado, con el mando a distancia en la mano y una película en el televisor. Aunque, a veces, esa terapia de hibernación domiciliaria acaba resultando contraproducente.

En Canal + la están echando estos días. Y la grabé en una cinta de VHS para darle un vistazo. Parecía prometer, pues su casting es de lo más atractivo: Matt Dillon, Liv Tyler, John Goodman y Michael Douglas (productor, asimismo, del film). Se trata de Divina Pero Peligrosa, un título que en su estreno pasó sin pena ni gloria por las pantallas. Y la verdad, después de enfrentarme a él, entiendo perfectamente su merecido fracaso.

Un barman soltero y bastante gafe, un abogado con tendencias masoquistas y un policía viudo y enamoradizo. En el centro está ella, la diosa, un dulce en carne y hueso; la femme fatale por excelencia. En el vértice contrario, un asesino a sueldo. Los tres primeros caen seducidos en brazos de la muchacha, mientras ésta los conduce por donde le da la real gana. Es maquiavélica e inteligente, a pesar de hacerse la tontita. Y ellos, inevitablemente, son muy cortos de entendederas.

Su primera media hora, a pesar de su previsibilidad, resulta entretenida. Lo de siempre, pero con cierta gracia y con la presencia de una Liv Tyler más sensual que de costumbre (a pesar de que mi mujer asevere que la chica es bizca). De todos modos, pronto se pilla por donde van a ir los tiros. Rápido de decanta hacia el prisma de la comedia chabacana y sin gracia alguna; homenajea sin ton ni son a los clásicos del cine negro y le da excesiva relevancia al papel de la Tyler: no en vano ella es la malvada de la película. Y, a partir de ese momento (cuando, además, entran en juego todos sus variopintos personajes), da la impresión de que el guionista ha abandonado el barco sin avisar. La película zozobra y hace aguas por todas partes. Cada vez peor. Hasta que llega un punto que, en su traca final (pues estos engendros siempre acaban en petardada), se pierden los papeles por completo. El deliro más impensable está servido. Un delirio sin alma ni fuerza alguna. Un tiroteo bajo los acordes del YMCA de Village People -en el que convergen todos los actores-, parece ser la idea más ingeniosa del desmedido producto. Y, como remate, un guiño patético al Mr. D-Fens de Un Día de Furia... siendo el Douglas su productor, ¡faltaría más!

Matt Dillon repite el papel de bobalicón de Algo Pasa Con Mary. Un cada día más cargante (y pesado) John Goodman asume como puede el papel de policía, mientras que un inexpresivo Paul Raiser interpreta al letrado con tendencias masocas (este tipo nunca debió dejar las telecomedias). Y, en un rol corto y sin sustancia alguna (el de un asesino profesional), Michael Douglas parece haber aceptado definitivamente su etapa de payaso hollywoodiense (al igual que, en los últimos tiempos, hace su amigo y colega Jack Nicholson). Una pena.

En ese desbarajuste no brilla nada. Absolutamente nada. Divina Pero Peligrosa parece una especie de cementerio de elefantes al que han ido a parar todos aquellos que en su día saborearon la gloria de un modo u otro. Patético. Y si algo despunta mínimamente en medio de este espantajo cinematográfico es la figura de Liv Tyler. Fíjense bien que digo figura; jamás interpretación. Y es que la niña está de muy buen ver, con lo cual aprovecha para lucir su palmito en todo su esplendor. Cada escena un nuevo modelito, a cuál más provocador. Y como extra, un homenaje (plagio) a una de las escenas más calientes de la maravillosa La Leyenda del Indomable, en la cual, la hija de Steven Tyler (el líder de Aerosmith), a sus veintipoquitos años, le pega un lavado jabonoso a un coche. Lo de la foto del cartel publicitario,l vaya. Para aullar y babear ante la pantalla.

Ahórrensela. Y si es únicamente para ver a la Tyler, pinchen aquí y disfrutarán durante un buen rato.

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