El próximo miércoles se estrena en nuestro país La Guerra del Planeta de los Simios, la tercera entrega de una trilogía que se
inició con la correctísima El Origen del Planeta de los Simios y continuó con
la más irregular El Amanecer del Planeta de los Simios. Con este nuevo
capítulo, su director, Matt Reeves (que ya dirigiera su segundo episodio), aúna,
con total funcionalidad, el género fantástico con un sentido muy potente de la
aventura.
La Guerra del Planeta de los Simios arranca dos años
después de la anterior, cuando los primates y los humanos supervivientes de la llamada
“gripe de los simios” están en plena guerra por el planeta. César sigue
liderando el grupo de monos que le apoyan, mientras que los seguidores del
desaparecido Koba (el simio “malo”) se han convertido en los “lameculos”
oficiales del ejército humano establecido.
Lo mejor de esta nueva entrega, aparte de sus
brillantísimos efectos especiales y del trabajo de Andy Serkis escondido bajo
la piel digitalizada de César, se encuentra en esa mezcla de géneros y guiños
cinéfilos que su realizador va barajando a lo largo y ancho de su proyección.
De hecho, sus primeros minutos evocan claramente a Platoon y tantos otros
títulos ambientados en la guerra del Vietnam, en donde la jungla, las
trincheras y las estratagemas militares se convertían en los principales protagonistas
de los combates expuestos.
Después, tras un trágico suceso que marcará la
existencia de César, la cinta da un vuelco hacia esos westerns de toda la vida en
donde la venganza devenía en el principal leitmotiv de la historia, pues
tanto temática como escenográficamente la película nos traslada hacía un sinfín de
títulos del género.
Un clarísimo homenaje a La Gran Evasión y una perversa
referencia al Apocalypse Now de Coppola con el trastocado coronel Kurtz
incluido (un genial Woody Harrelson evocando al personaje de Marlon Brando),
cierran un film que mezcla, con sabiduría e ingenio, un montón de escenas de
acción perfectamente planificadas con momentos ciertamente intimistas y
calmados; pasajes que, por cierto, hacen que el producto se aleje un tanto (y
de forma positiva) del típico blockbuster veraniego.
Un acertado producto que contentará a los seguidores
de la saga y que, a lo largo de su metraje -tanto con la presencia de Cornelius (el
hijo pequeño de César) como con la aparición de una niña muda-, va dejando caer
algunas de las claves que la acercaránn cada vez más a El Planeta de los Simios
original, el de Franklin J. Schaffner de 1968 con Charlon Heston, el mítico
título que los más cinéfilos del lugar siempre recordarán de forma muy
especial.
Muchos la acusarán de película prefabricada, de
cinta parida directamente desde un laboratorio hollywoodiense para contentar a
todos los públicos. Pero, prefabricada o no, La Guerra del Planeta de los
Simios cumple a la perfección con su cometido y acaba resultando un
entretenimiento en toda regla. Toda una monada, vaya.
5 comentarios:
Sacando la pala.
El bueno de Martin Landau se ha muerto:
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/17/actualidad/1500253867_421369.html
Y también se ha muerto, aunque quién sabe si tenía razón y volverá de su tumba como sus personajes, George A. Romero.
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/16/actualidad/1500241378_263047.html
El primero, que descanse el paz, y el segundo.... cualquiera sabe!!
No he visto la película pero no tardare en verla, pinta muy bien, además e visto las otras entregas por lo tanto aún tengo más ganas de verla.
¡Un saludo!
Pues la verdad es que me ha dado por ver las clásicas y con esta no termino de decidirme.
Por cierto, don Calígula: saque la pala, que se ha muerto Sam Shepard.
Saco la pala. Hace nada se nos ha despedido Terele Pávez.
Pobreta mujer. ¡Con lo bien que estaba en la última de Álex de la Iglesia, El Bar!
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