En realidad me daba cierta pereza enfrentarme a
Sully, la última película de Clint Eastwood como director. El tema, el del
avión comercial que en el 2009 y tras sufrir una fuerte avería en pleno vuelo, aterrizó
en las aguas del neoyorquino río Hudson sin causar ninguna víctima de entre las
155 vidas humanas que conformaban el pasaje y la tripulación, me parecía de lo más trillado y poco sorpresivo.
Pero, la verdad, es que Eastwood, todo un maestro en
esto de la narración cinematográfica: sabe darle la vuelta al tema y alejarse
de lo que podría haber sido una película más sobre catástrofes aéreas,
acercándose ante todo a la vertiente más humana y, en concreto, centrándose en
el personaje de Chesley “Sully” Sullenberger, el capitán del avión siniestrado
y sobre el que cayó un profundo dilema moral al verse presionado tanto por la
propia compañía aérea como por las aseguradoras ya que, unas y otras, plantearon
la posibilidad de haber podido realizar un aterrizaje más placentero en cualquiera de los dos
aeropuertos más cercanos, tema este que, al margen del suceso ampliamente
televisado en su día, no fue en exceso difundido.
Eastwood, para ello, cuenta con una pequeña trampa
muy de agradecer: la de la interpretación de un soberbio Tom Hanks quien,
metido en la piel del cuestionado Sully, impregna al personaje de un magnetismo
y una humanidad tan grande que resulta digno de tener en cuenta. El actor, a
veces tan sólo con la mirada, es capaz de expresar las dudas éticas que le
plantean la investigación a la que será sometido. De héroe nacional, en
cuestión de horas, pasa a ser un hombre que podría perder su licencia en un
abrir y cerrar de ojos: la hipocresía de una sociedad actual que queda
perfectamente reflejada en la película.
Momentos ciertamente emotivos, aunque nunca
lacrimógenos (como sucede en su recta final) se mezclan, a la perfección, con
otros mucho más visuales e impactantes (la bien filmada escena del amerizaje
forzoso), así como la capacidad de síntesis de la que hace gala (no más de 96
minutos necesita para contar toda la historia), siguen conformando al
realizador de la magistral Mystic River como uno de los últimos directores
clásicos aún con vida. Toda una leyenda.
Si aún no la han visto, recupérenla cuanto antes.
2 comentarios:
Informe de pala:
Se ha muerto Zsa Zsa Gabor a sus 99 años (ayer los 100 añitos de Kirk Douglas, y esta pobre se ha quedado en los dos dígitos por poco). Sus 827 maridos y amantes nunca la olvidarán (bueno, los que sigan vivos)
Apunte otro que ya no está. Gil Parrondo. Tengo un amigo que trabajaba en una empresa de andamios para eventos especiales y les contrataron para una peli de Garci que decoraba Parrondo. Al final la peli no se hizo. Mi amigo que habia estudiado aparejadores alucinó con los bocetos de Parrondo. A lapiz hechis a mano alzada. Todo a la vieja escuela con un detalle impresionante. Vino alucinando de lo que vio. Cuando la peli no se hizo se llevó un disgusto enorme. Estaba entusiasmado con el proyecto. Bocetos de la Puerta del Sol y otros sitios ilustres de Madrid para reproducirlos en una nave industrial. Una pena.
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