25.6.14

Vampiros gafapastosos

Él atiende por Adam, reside en la fantasmagórica ciudad de Detroit y es músico con tendencias undergrounds. Tiene muchísimos años de edad, pero se conserva de puta madre. Ella atiende por Eve, reside en Tánger y mantiene una peculiar amistad con un anciano que asegura haber ejercido de negro para el mismísimo Shakespeare. También tiene muchísimos años de edad, pero se conserva de puta madre. Adam y Eve hace siglos que son amantes. Y vampiros. No corren buenos tiempos y el suministro de sangre en óptimas condiciones empieza a escasear.

Este es el punto de partida de Sólo los Amantes Sobreviven, la última película de Jim Jarmusch, uno de los directores más indigestos (a mi gusto) de la actualidad quien, con este título, ya acumula en su haber  19 peñazos de altísimo voltaje. Aposentado ahora en el fantástico, se monta una de vampiros siguiendo su patrón habitual: varios personajes a cual más colgado, una historia plomiza y un sinfín de citas culturales de las que emocionan (por cojones) a los gafapastas de turno.

La cinta, aparte de aburridísima y lenta, está impregnada de ese estilo pedantillo y desastrado habitual en el cine del realizador. La cosa no avanza hacia ningún lado y cuando parece que se pueda animar un poco (como sucede con la entrada en escena del cargante personaje interpretado por Mia Wasikowska) vuelve a encallarse de nuevo.


Un festival de diálogos, a cual más irritante, entre un desaborido Tom Hiddleston y una insufrible Tilda Swinton, conforman la mayor parte de un film incapaz de despertar en mí el más mínimo interés, a pesar de los perseverantes intentos de Jarmusch por resultar  (falsamente) transgresor. Y es que a este hombre no lo aguanto.


Curiosamente, tras ver Sólo los Amantes Sobreviven, repasé el viejo post que hice en su día sobre Haga usted su propia película de Jim Jarmusch y, por mucho que les pese a algunos, sigue siendo totalmente vigente. ¡Qué pena de director!

Por cierto: ¿por qué una excelente actriz como Tilda Swinton, cada vez que trabaja para un director de los de prestigio cultureta, cambia de registro y se convierte en una de las damas más insoportables del mundo de la interpretación?

10 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

El Jarmusch es un poco pretencioso, me parece a mí. En fin, pasando de estas porquerías, que me voy a ver otra vez "El bueno, el feo y el malo".

Spaulding dijo...

¡Esa sí que es buena, pardiez!

caligula dijo...

¿se ha enterado ya del fallecimiento del bueno (o el feo, o el malo...) de Eli Wallach?

por lo demás, hay que ver cómo se sobra usted con el Jarmusch, don Spa. Que no digo yo que no esté de acuerdo, que de acuerdo estoy, pero a mí no me habría quedado tan clarito, al menos sin utilizar blasfemias cada dos palabras. Sólo un par de apuntes: hombre, la de Noche en la Tierra no estaba tan mal... alguna parte. Y ya luego vi aquella del samurai negro (que era un coñazo, un tostón y más cosas), aunque no entera, y alguna más que no recuerdo el título ni de qué va, aunque ninguna entera.

Y otra cosa: en mi humilde opinión, los gafapasta son como todos los demás, tampoco les gustan las citas culturales esas de tipo "underground" (aunque adoran la palabra "underground"... o al menos la adoraban hace diez o quince años, que me habré quedado antiguo), de hecho les aburre tanto como al resto de los mortales. Sin embargo, lo que realmente les emociona es hablar de esas citas culturales en esas películas plomizas. De pequeño les instalaron un chip en la cabeza de manera que cada vez que en una película se hablara de un poeta maldito, drogota, con origen en algún país del este de Europa, a ser posible con una K en su apellido situada en mal lugar, y si ya lleva una W el orgasmo es mayúsculo, pues bien, ese chip les hace volver a conectar durante los tres segundos de la cita cultureta. Así, a la salida del cine, sueltan su comentario apasionado gafapastoso pedantillo (en ese orden o en el inverso) y quedan que te cagas porque, claro, el resto estábamos dormidos y no sabemos de qué hablan. Luego, comentan algo sobre la película menos conocida de Godard, Dreyer o un indio/americano/keniata afincado en un banco de un parque de Brooklin (que pa qué hablar de la peli tan maja que me hizo mi cuñado de Cuenca el día de mi boda) que posiblemente no han visto ni ellos al menos con los ojos abiertos y habrán leído alguna tontería al respecto en algún folleto sobre Sundance o el festival alternativo de Bollullos de Alcaudete o algún sitio perdido en el desierto de Australia (folleto que, por cierto, utilizó su madre para envolverle el bocata de choped) y, claro, como nadie las ha visto, pueden decir lo que quieran y quedar bien. Eso sí, pondrán a caldo a Spielberg, diran que Woody Allen ya no es lo que era y nunca, jamás de los jamases, cometerán el error de decir algo sobre Casablanca, El Padrino, El Apartamento, Bienvenido Mr. Marshall, El Tercer Hombre u otras vacas sagradas popularmente consideradas joyas porque, claro, semos muchos los que podemos opinar al respecto y entonces su monólogo se convertiría en un diálogo, y por ahí no pasan.

Luego está su siguiente "virtud": cuando un director "underground" o "indie" o que simplemente no consiguió sufiente pasta para contratar a Al Pacino y Cameron Díaz ni comprarse una cámara en condiciones, consigue un taquillazo un buen día y que la gente les tenga buena consideración, automáticamente sus únicas películas buenas son las anteriores, o lo mismo ni la anteriores eran buenas, y dejarán de hablar de sus películas porque, claro, ya no son los únicos. Hagan la prueba: a cualquier mortal nos gustan Pulp Fiction, Kill Bill o Django Desencadenado. Estas gentes con un cuidado look descuidado sólo hablarán y asegurarán por activa y por activa (pasiva no, sólo activa) que las buenas son Reservoir Dogs y varios momentos sin diálogos de Jackie Brown. Y, por supuesto, su hobby favorito es hablar mal de la última película ganadora de los oscars. Generalmente sólo dicen que es una mierda y no añaden más.

caligula dijo...

(Inciso: esto sólo admite 4.096 caracteres, no me entrao)

Para muestra les contaré que, cuando fui a ver años ha aquella de Nixon contra Frost, al terminar la película (muy maja, oiga) un gafapasta (le reconocí por la barba de tres días, los pantalones y camiseta que vienen desgastados de fábrica y porque no cerraba el pico) que iba con una mozalbeta de buen ver (y posiblemente mejor catar... aunque si iba con este tipo lo más seguro es que no, el cine estaba oscuro, no puedo asegurarlo... iba con este tío: definitivamente no, me retracto de lo dicho) le espetó: “la película ha caído en las garras del Hollywood más comercial sin atreverse a mostrar los demonios de los americanos y la basura (utilizó una palabra más culta) interior de Nixon” (sonó así de pedante, lo juro)... Este... bueno... unas ganas de decirle: “pareces tonto, tío, que pedazo de chorrada acabas de soltar, que esta película es del tío que dirigió Splash, ¿qué cojones te esperabas? ¿planos de desiertos iraníes y dos suecas mirándose a los ojos? ¿pa qué coño has venido y te has dejado tus dineros?” Siempre me he preguntado si al final se trajinaría a la muchacha (no sé si se la trajinaría por emocionarla o por aburrimiento... si la técnica es sexo por aburrimiento, tampoco es mala estrategia la del gafapasta, ahora que si alguien se lo trajina por su “extenso mundo interior” yo me borro del planeta tierra)


Con la música pasa lo mismo.

Por cierto, ya que habla de Wasichosca esta (¿la hermana postiza de los Wachoskis? ¿o el Wachoski que se volvió Wachoska sadomaso?), el otro día me vi la de Stoker y, aunque gafapasta, me gustó. Tenía su aquel.

Spaulding dijo...

Don Caligula, aplaudo su cariñoso y trabajado homenaje a los gafapastas y, al igual que usted, lloro por la muerte del Feo (¿era el feo, no?).

Gran secundario, don Wallach.

Por cierto: yo a los gafapastas lo reconozco directamente por sus gafas y su mirada entre de bobos y autosuficientes.

Spaulding dijo...

Me olvidaba... Stoker me aburrió cosa fina.

caligula dijo...

Yo no tengo claro si era el bueno, el feo o el malo. Porque en esa película ninguno era bueno, lo que se dice bueno (en plan bueno como es de bueno Tom Hanks en casi todas sus películas), todos eran tirando a malos y, lo que está claro, es que eran feos de narices, o les sacaban feos. Aunque lo que sí me ha puesto más triste ha sido el facellicimiento de Ana María Matute...

Lo de Stoker es una de mis salidas gafapastósicas que me da de vez en cuando. El año pasado fue esa y la de Tenemos que Hablar de Kevin. Este año, de momento, ni siquiera la de Her, que es tirando a normalita y a ratos cansina. Eso sí, me gustó Sharknado y ahora estoy pendiente de localizar Zombeavers (una de castores zombis)

Por último: deberíamos hacer campaña para que la RAE meta el término gafapasta en el diccionario porque desde que ahora les da por llamarse a sí mismos Hipsters suena más glamuroso y eso de que ahora tengan una denominación molona que haga que se pongan de moda y aparezca como setas no puede ser.

Spaulding dijo...

Tenemos que Hablar de Kevin me parece estupenda y Her (siempre y cuando lleva las gafas de pasta bien colocadas para visionarla) también está la mar de bien.

Mola más gafapastas que hipster. Hipster me suena como de una raza de roedores australianos.

El Señor Lechero dijo...

"El bueno, el feo y el malo" la vi el día de la muerte de don Eli, como homenaje al papelón que hace. En realidad, los tres actores están muy bien. Sólo queda el bueno y me temo que no por mucho tiempo.

Hablando de gafapastadas, hubo un tiempo en que hablar de las pelis de Leone en los ambientes biempensantes era anatema. Ahora son pelis de culto.

Spaulding dijo...

Curiosamente, Sr. Lechero, El Bueno, El Feoy El Malo, la volví a ver también el pasado viernes. Y me sigue pareciendo una gran película.

El Bueno tiene a punto otra película, dirigida por él, a punto de estreno. Aunque no me fío mucho. Es la historia del grupo musical The Four Seasons. Su título, Jersey Boys.