4.2.14

Cuando la parca se los lleva de dos en dos

Anteayer se nos iba Philip Seymour Hoffman, uno de los mejores actores de su generación. Un secundario de lujo que cabalgada entre el cine independiente y las grandes producciones de Hollywood quien, a los 46 años de edad y montado en un caballo en busca de su heroína, decidió emprender el viaje de no retorno.

Debutó a principios de los años 90 con pequeños papeles para, a pasos acelerados, convertirse en uno de los actores más prestigiosos de la industria. Directores de renombre contaron con él para sus films. Robert Benton, Paul Thomas Anderson Joel y Ethan Coen, Todd Solonz, Spike Lee, Anthony Minghella, Sidney Lumet, Mike Nichols o George Clooney, tan solo fueron, entre otros muchos, algunos de esos realizadores que confiaron en la fuerza de interpretativa de Seymour Hoffman quien, por su parte, también hizo sus pinitos tras la cámara, como demostró en 2010 con Jack Goes Goating, cinta aún inédita en España.

En la memoria de todos quedará ese Truman Capote al que dio vida en la película Truman Capote y que le consiguió el único Oscar de su carrera; una carrera con más de 50 títulos en su haber, de entre los que destacaría Happiness, Magnolia, La Familia Savages, La Duda, Los Idus de Marzo o la más reciente El Último Concierto, sin olvidar uno de los mejores productos de su brillante filmografía, ese Antes Que El Diablo Sepa Que Has Muerto en donde, de la mano de Sidney Lumet y de forma premonitoria, se puso en la piel de un tipo que acudía al lujoso apartamento neoyorquino de un camello oriental, para meterse directamente en vena generosas dosis de heroína.


Justo un día antes (aunque no hecho público hasta ayer mismo), también moría otro de los grandes, Maximilian Schell. A los 83 años y víctima de un cáncer, nos abandonaba uno de los actores más emblemáticos del Hollywood de los años 60 y 70. Nacido en Viena aunque instalado en Hollywood a partir de finales de los años 50, durante muchos años se caracterizó por dar vida a personajes muy relacionados con el ejército nazi, estigma que le marcó a lo largo y ancho de su carrera.

El Baile de los Malditos, Vencedores o Vencidos, Una Llamada a las Doce, Al Este de Java, Odessa, La Cruz de Hierro o Un Puente Lejano, fueron tan solo algunos de los títulos más remarcables de entre los casi 70 que llegó a interpretar, en la mayoría de ellos casi siempre como secundario; otro secundario de lujo que, en varias ocasiones, también llegó a ejercer como guionista y director.


Descansen en paz.

1 comentario:

El Señor Lechero dijo...

Con P. S. Hoffman me pasa como con Heath Ledger: no entiendo porqué una vida tan prometedora se trunca de semejante forma.

A Schell le recuerdo por "El abismo negro", aquel fracaso de Disney que acabó convertido en película de culto.