Antoni Ribas era su nombre; un hombre muy ducho en eso de las sentadas. No en vano, años más tarde y como señal de protesta por la negación de subvenciones oficiales para Terra de Canons, se pasó diez largos meses instalado ante el Palau de la Generalitat, en la céntrica Plaça de Sant Jaume. Una figura representativa del cine catalán ya que, en parte, su fracasada filmografía era un tanto paralela al mal estado en general del cine que hacemos en este pequeño país.Ayer nos dejó, víctima de un infarto de miocardio, justo cuando tenía en mente realizar una película en la que se narraría, a manera autobiográfica, esa temporada de acampada reivindicativa. En el 2005, justo tras el estreno de Centenari, anunció a la prensa que, contando con la colaboración de la actriz Pamela Anderson, pensaba rodar Jaulas de Oro, la historia de un jubilado que criaba pollos al servicio de una multinacional.
Un incuestionable éxito de taquilla en Catalunya que intentó repetir posteriormente en diversas ocasiones, aunque con resultados más bien negativos. Y es que el suyo, a pesar de sus aspiraciones de primera, siempre fue un cine de tercera regional, pero cargado de mucha pasión y buenísimas intenciones... incluso cuando llevó a la pantalla grande la quijotesca y alucinada historia de El Primer Torero Porno.
Antoni: Visca el Barça i descansa en pau!
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