13.11.10

Huérfanos

La familia Leguineche está de luto, mientras que un desconsolado Plácido, pululando por las frías calles de Manresa, aún sigue sin poder pagar la última letra de su motocarro. Y es que el padre de estas criaturas y de un montón más de esperpénticos personajes, nos ha abandonado hoy a los 89 años de edad. Don Luis García Berlanga ha muerto y, con él, hemos perdido uno de los puntales más importantes del cine español; un cine que, gracias a él, se hizo grande.

De Bienvenido Mister Marshall a París Tombuctú. Más de 20 largometrajes avalan una carrera con poquísimos altibajos. Cultivó la comedia cínica como nadie e hizo del género coral su gran territorio, rodeándose casi siempre de un plantel de actores que le venían como anillo al dedo a su particular estilo: Pepe Isbert, José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Luis Ciges, Cassen, Agustín González, Mary Santpere, Manuel Alexandre, Emma Penella... Un sinfín de ilustres únicos, ya desaparecidos, que al igual que el propio Berlanga, por desgracia nunca volverán a repetirse. A partir de hoy, nuestro cine se ha quedado definitivamente huérfano.

Plácido o El Verdugo son la clara muestra de su valentía a la hora de rodar historias problemáticas durante la época más gris de nuestra historia. España era un país en el que no se permitían ciertos lujos y en cambio, con estos dos títulos, el gran Berlanga sorteó inexplicablemente la censura férrea del momento. Todo un personaje.

Hoy, Rafael Azcona, su leal compañero de fatigas, le está esperando emocionado para darle la bienvenida a su nuevo hogar. Yo, por mi parte y en su honor, pienso celebrar las próximas Navidades tomando turrón de la marca “Planadell y Calabuch”.

Descanse en paz, maestro. Siempre seguirá siendo un placer revisar su filmografía.

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