21.10.10

Del trailer al largo

Cuando hace un par de años se estrenaba Planet Terror -todo un guiño a la serie zetosa que inundaba los cines en los 70 y las estanterías de los vídeo-clubs en los 80-, su director, Robert Rodríguez, abría la sesión con un trailer falso que llevaba por título Machete. Si Planet Terror resultaba de por sí una broma divertida, el simulado avance publicitario de otro film lo era aún más, tanto por su brevedad como por el impacto cachondo de cuanto exponía. Tanto es así que, bajo petición popular, Rodríguez finalmente ha regalado a sus seguidores el anunciado producto.

Machete retoma el argumento que revelaba su trailer e incluso respeta algunos de los cortes y diálogos de éste, aunque filmados de nuevo con idéntica estética visual. El director de Sin City apunta conscientemente al mismo estilo de realización destartalada y de pésimo montaje que utilizó para la citada Planet Terror. La gamberrada y el homenaje a un tipo de cine que ya no se estila vuelven a estar presentes, sin sutilezas de ningún tipo y a lo brutote, como el género manda y sin que falten niñas aguerridas enfundadas en cortísimas faldas.

Las decapitaciones y desmembraciones están a lo orden del día. Todo con mucho sentido del humor. Un humor tosco y basto, perfectamente bien empleado, pues no se trata, ni mucho menos, de una comedia inglesa cargada de ocurrencias refinadas, sino de una historia violenta situada cerca la frontera de los EE.UU con México.

En primera plana, Machete, un ex agente federal mejicano convertido en un sin papeles en Texas: un ser solitario y resentido, todo un as en el manejo de cualquier tipo de armas, en especial las blancas. De fondo, y entre otros personajes, una joven y atractiva oficial de la migra; un senador racista dispuesto a acabar con los espaldas mojadas; un hombre de negocios con varios sicarios en nómina y un narcotraficante con más de un asunto pendiente con Machete.

Todo muy básico, yendo directo grano, al igual que sucede con la filosofía que aflora del personaje de Machete, un tipo duro al que interpreta un genial Danny Trejo, un secundario que, a buen seguro por su aspecto físico, se ha pasado la mayor parte de su carrera encasillado en papeles de malo. Por fin, gracias a este atípico héroe de acción, ha logrado colarse como cabeza de cartel. Y Rodríguez, aprovechando la fealdad un tanto freaki del actor, no se corta un pelo con él y tiene los santos bemoles de convertirle en un follador nato al que no se le resiste hembra alguna. Tanto es así que incluso se atreve a emparejarlo con la mismísima Jessica Alba. Y es que, en el caso de Machete, la belleza está en el interior. Tal y como he dicho antes, de sutilezas pocas, las mínimas.

No esperen un gran título. Sólo disfrútenlo como una gansada y punto. No hay más. De consumo rápido y cuatro risotadas. Y de pasada, déjense sorprender por la aparición de un Steven Seagal de desorbitado cuerpo y por la de un Don Johnson de lo más perverso, acreditado este último en el film como introducing; o sea, igual que si se tratara de su primer trabajo en el cine... Ya les digo: una gamberrada.

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