29.5.10

EN RESUMIDAS CUENTAS: De batracios y dragones

Con Tiana y el Sapo, los estudios Disney regresan al cine de animación hecho a mano, el de toda la vida. Un viaje nostálgico que recupera el espíritu de las clásicas cintas de la productora. Un cuento de hadas, con números musicales incluidos, al más puro estilo de la casa. Dirigiendo el cotarro, Ron Clements y John Musker, los mismos que hace un par de décadas hicieron renacer de las cenizas a la compañía con títulos como La Sirenita o Aladdin. Todo un sello de garantía.

Clements y Musker le dan la vuelta a El Príncipe Sapo de los hermanos Grimm. Al igual que en el original literario, hay una princesa y un sapo. Y un beso…, aunque los efectos de éste dejen algo que desear ya que, en lugar de convertirse el batracio en humano, es la muchacha la que transmuta en rana. Acompañando a los saltarines enamorados, un sinfín de personajes perfectamente definidos, de entre los que caben destacar un hechicero maligno (escapado directamente del 007 Vive y Deja Morir) y un cocodrilo bonachón que aspira a convertirse en trompetista famoso. No en vano, este último atiende por el premonitorio nombre de Louis.

Atención a la perfección musical y visual de los números coreográficos y, ante todo, a la brillante ambientación de los parajes pantanosos de Louisiana y aledaños. Canela en rama. Un trabajo ideal para recuperar la magia de los viejos films marca Disney.


Los que aún siguen fieles a la animación informática (y, en este caso, en 3D) son la gente de DreamWorks quienes, desde Cómo Entrenar a Tu Dragón, plantean una sencilla aunque efectiva historia ambientada en una aldea vikinga con problemas para sobrevivir a los continuos envites de una manada de dragones feroces. Dean DeBlois y Chris Sanders son sus responsables más directos.

Como principales protagonistas, Hippo y Toothless (Desdentao en la versión española). El primero es el hijo del Jefe vikingo, un muchacho nada valeroso en la lucha contra los dragones. El segundo, un dragón alado de rasgos felinos, muy a lo Pokemon, que se convertirá en la fiel mascota del primero. Acompañándoles en sus devaneos, una incomparable y genuina fauna de guerreros vikingos con múltiples guiños a los tebeos de Astérix y al clásico de Richard Fleischer con Kirk Douglas y Tony Curtis.

Una historia de amistad y comprensión y, al mismo tiempo, un divertimento plagado de aventuras y bien perfiladas escenas de acción. Su mayor encanto radica, aparte de la fantasía vertida, en el cuidado diseño de las distintas especies de dragones y en el modo de mostrar las costumbres del pueblo vikingo. De fondo, la relación tensa entre un padre y un hijo con resolución (inevitablemente) feliz.

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