
Decían de él que había hecho un pacto con el Diablo; otros opinaban que eso era imposible, pues el Diablo era él. La pasada Nochebuena, montó en su carrusel privado y se pegó el piro.
De él nos quedan cientos y cientos de canciones para mover el esqueleto y, ¡cómo no!, su reverencial presencia al lado de los Blues Brothers. Y para él, el orgullo de haber puesto en vereda al indomable “Joliet” Jack Blues.
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