Ayer inicio un viaje sin retorno. Escapó de la habitación de Fermat y, con sólo unos pasos, logró salir del laberinto del fauno para
pillar el último tren; un tren que le conduciría al final del túnel, justo en el lugar donde estuvo el paraíso. Su nombre, Federico Luppi, también conocido como Martín (Hache).
Montado en caballos salvajes y cabalgando a través
de la nieve negra, se enfrentó a hombres armados y sufrió muy de cerca el espinazo del diablo. Puro éxtasis el que vivió con un grupo de incautos en Lisboa, un lugar en el mundo en donde,
a pesar de la distancia y por cuestión de principios, rememoró un montón de lugares comunes.
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