Fue una noche larga, como ya es habitual, y llena de
reivindicaciones de todo tipo. La gente de color reclamó sus derechos una y
otra vez, mientras que Patricia Arquette, ejerciendo de feliz matrona con el
Oscar en una mano, vivía su momento Norma Rae exigiendo un mejor lugar para las
mujeres dentro de la industria del cine, al tiempo que una desbocada Meryl Streep se unía a
sus quejas desde el patio de butacas.
Neil Patrick Harris se estrenaba como maestro de
ceremonias, haciéndose pasar por mago, quedándose en gayumbos ante todo el
personal, cantando y bailando para dar un repaso a la historia del cine y a las
ocho películas nominadas e insistiendo para que Eddie Redmayne despertara, de
vez en cuando, a su vecino de butacas, un Robert Duvall que acudió a la cita
disfrazado de juez senil.
Travolta demostró que a él también le encanta jugar
al tocador de la señorita Pepis en plan Renée Zellweger y Lady Gaga se transformó por unos minutos en una Julie
Andrews tatuada para marcarse un homenaje a los 50 años de Sonrisas y Lágrimas
y a los 80 tacos de Maria von Trapp.
Interpretativamente hablando, las enfermedades
fueron las triunfadoras de la noche: el alzheimer (Julianne Moore) y el ELA (Eddie Redmayne) se impusieron por sobre del colectivo gay (Benedict Cumberbacht), los
derechos laborales (Marion Cotillard), mochileras en busca de redención (Reese Whiterspoon), millonarios narigudos y disfuncionales (Steve Carell), esposas
sufridoras (Felicity Jones), heroicos veteranos de guerra (Bradley Cooper),
mujeres psicópatas (Rosamund Pike) y actores en crisis con ganas de volver a
alcanzar el estrellato (Michael Keaton).
Por otra parte y en un apartado más secundario, maestros de música despóticos (J. K.Simmons) y madres abnegadas (Patricia Arquette) desbancaron a enfermos
terminales de cáncer (Laura Dern), jueces homicidas (Robert Duvall), jovencitas
con problemas de drogadicción (Emma Stone), padres esforzados (Ethan Hawke),
chicas crucigramistas (Keira Knightley), actores engreídos (Edward Norton) y
brujas desmelenadas (Meryl Streep).
Seis superhéroes y un primo hermano del muñeco de Michelín (Big Hero 6) dejaron arrinconados a un dragón medio desdentado (Cómo Entrenar a tu Dragón 2) y a un grupo de monstruitos envueltos en cajitas (Los Boxtrolls), mientras un ejército
de Legos ninguneados se miraban la ceremonia con cierta distancia emotiva.
Una monja judía que atendía por Ida, mediante su
particular leviatán y pegándose un fenomenal atracón de mandarinas, protagonizó uno de los relatos salvajes de la noche, dejando
más lejos que nunca a la localidad de Timbuktu.
Y allí, en la ciudad de Selma y sobre la azotea de
un hotel premiado por el lujo de su arquitectura
y diseño (El Gran Hotel Budapest), un francotirador apostado erró todos sus disparos, dejando que se
escapara volando hacia la gloria un hombre pájaro (Birdman) que dejó boquiabierto
a un jovencito al que vio crecer durante 12 años (Boyhood), al tiempo que,
mediante un complicado juego de imitación (The Imitation Game) y un fuerte y sonoro latigazo (Whiplash), dejaba con un palmo de narices al mismísimo Stephen
Hopkins (La Teoría del Todo).
El año que viene, más. Mientras, pueden consultar
toda la lista de ganadores en este link.
Qué jamona se ha puesto Patricia Arquette! sobre todo con lo cacho palo que es su hermana. Por otro lado, era lo único bueno del tostón de Boyhood, aunque me da a mí que se debe a que era el único personaje con enjundia y al que le pasaba algo interesante. Porque el resto, pedantería tras pedantería tras pedantería, cada vez más pedante según avanzaba la película.
ResponderEliminarUna pena lo de Julianne Moore, con la de actuaciones buenas que tiene por ahí (Los Chicos Están Bien, Magnolia, Boogie Nights, Hijos de los Hombres, incluso en el toston de Las Horas) y que le den el premio por hacer un telefilm de domingo por la tarde, de esos de poner caritas de dolor y de pena.
Y lo peor de todo es que la Moore, este año, tenía el Mapa de las Estrellas, la última de Cronenberg a punto de estreno en España. La pude ver en Sitges y está COJONUDA. Ella y la película. Más le valdría haber ganado el Oscarpor esa película. Una pena estos americanos.
ResponderEliminarEstoy empezando a pensar que lo de El Mapa de las Estrellas es una entelequia y que en verdad no existe, con la de tiempo que llevo esperando que la estrenen. Esperemos que Cronenberg haga algo al nivel de Una Historia de Violencia y Promesas del Este, que ya tuve bastante con la del vampiro de crepúsculo metido en la limusina y no quiero pasar por otra igual.
ResponderEliminarNo me hable de esa cosa de la limousine dando vueltas. Patética.
ResponderEliminarPor lo que tengo entendido, la de Cronenberg se estrena el 6 de marzo... a no ser que la haya soñado y que sea una entelequia.
Hombre, dentro de la temática de limusina dando vueltas, al menos estaba algo mejor que aquella tontería de Holly Motors (que por alguna razón me regalaron por mi cumpleaños pensando que me gustaría... tengo que empezar a pensar en la imagen que doy al exterior)
ResponderEliminarLas dos de las limousinas las sufrí, casi seguidas, la misma semana, durante un festival de Sitges. Eso sí: el Holy Motors es muchísimo peor: una gafapastada de las que duelen.
ResponderEliminarMicer Caligae y maese Spaulding: el óscar de la Julianilla era una deuda pendiente, de las que se pagan cuando toca, aunque la excusa sea un filme de segunda. Si nuestra Pe tiene un óscar, como dice un amigo, a partir de ahí todo va para abajo. Por lo menos se lo han dado, que hay actrices como la Close que se han quedado a las puertas muchas veces.
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