14.3.08

En resumidas cuentas: DOS RESOPLIDOS DE DESAPROBACIÓN

Buff! número 1: Enfrentados; un western desangelado, tal y como indica su título original, Seraphim Falls (algo así como ángel caído). Su director es David von Ancken, un hombre procedente del mundo televisivo y del cortometraje que, con este film, debuta en el campo del largo. Las pretensiones del tal von Ancken son las de acercarse, lo máximo posible, al estilo y coordenadas de los westerns más renombrados de los años 70, quedándose tan sólo en el intento.

La historia es típica y tópica; la de un tipo que persigue a otro para terminar con su vida. Montañas nevadas, verdes praderas y áridos desiertos, son los paisajes que acompañan a este par de individuos durante tal acoso y pretendido derribo. El intríngulis que ha provocado la rabieta del perseguidor se reserva para el final; un final tedioso, sin garra y, en parte, bastante previsible.


Lo único destacable de Enfrentados se localiza en la barba de chivo que me luce un Pierce Brosnan imposible y que, día a día, se va acercando más a los modos y maneras interpretativas de Roger Moore (de Bond a Bond y tiro porque me toca). Éste da vida al perseguido, mientras que el rol del perseguidor furibundo corre a cargo de un Liam Neeson que, a duras penas, hace lo que puede para ganarse el sueldo con un mínimo de dignidad.

Una propuesta olvidable durante la cual, y en demasiadas ocasiones, hay varios pasajes más dignos del llamado cine basura que de un producto orquestado con cara y ojos. Para darse cuenta de ello, sólo hay que fijarse en la falta de preocupación que su realizador demuestra a la hora de iluminar muchas de sus escenas: la mayoría de planos y contraplanos desvelan, entre sí, una luminosidad completamente distinta; un error típico de todo director que, en lugar de dedicarse a esto del Séptimo Arte, debería plantearse la posibilidad de ejercer de lampista o afilador.


Buff! número 2: El Amor En Los Tiempos del Cólera, adaptación de la novela homónima del plomizo Gabriel García Márquez orquestada por el británico Mike Newell. Un Newell completamente alejado de sus dos mejores productos: Cuatro Bodas y un Funeral y el sólido Donnie Brasco. Vistos los resultados está claro que, a veces, la edad no perdona.

Un Javier Bardem a años luz de su psicópata coeniano, y más cercano a cualquiera de los imitadores de feria de Charlot, es el encargado de interpretar (a saltitos y de modo ridículo) a Florentino Ariza, un hombre que, desde su más tierna adolescencia, estuvo colgado de Fermina Daza, una chica perteneciente a la alta sociedad de Cartagena (Colombia). Las diferencias sociales y de clase serán los motivos principales que distanciarán a los dos jóvenes. Ella contraerá matrimonio con un médico, mientras que él, a pesar de intentar mantenerse platónicamente fiel a Fermina, descubrirá el placer del sexo en compañía de otras mujeres y se convertirá en el máximo follador de la ciudad. En este apartado, vale la pena añadir que, un también acharlotado Unax Ugalde, es el actor que da vida al mismo Florentino en sus años de juventud.

Las intenciones de Mike Newell por crear un melodrama romántico como los de antes, quedan tan sólo en eso: en las intenciones. Un producto desmembrado, precipitado en muchos aspectos y con un sinfín de actuaciones de lo más patético. Para que se hagan una mínima idea de por dónde van los tiros, les recordaré que Shakira ha sido la encargada de componer e interpretar algunos de los temas musicales que suenan a lo largo y ancho del film y que, curiosamente, contra todo pronóstico, acaban resultando lo mejor de una película en la que hay demasiados amoríos y muy poco cólera.

Por suerte (y eso también forma parte de lo mejor de la cinta), hoy mismo, al menos en Barcelona, ha saltado de la cartelera actual. Aquellos que no la han visto, no saben lo que se han ahorrado.

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