7.4.07

Porky's

Keith Richards: una leyenda viviente a la que aún le sigue gustando potenciar al máximo su mito de rebelde autodestructivo. Sin ir más lejos, la semana pasada. la prensa se hacía eco de unas declaraciones del guitarrista de los Stones en las que, hablando sobre su relación con las drogas, aseguraba que, un tirito con las cenizas de su propio padre, era lo más extraño que se había metido por las fosas nasales.

Por un momento, al leer tal aseveración, hice una composición de lugar y, a mi perversa mente, acudió rauda la imagen siguiente.


¿Se lo imaginan? Snuuurfff y "pa dentro" ¡Lo que es capaz de hacer uno para ahorrarse unas perras en camellos! ¡Vaya cerdícola! Está claro que el Richards, aparte de un tipo rarísimo, también es un marranote de mucho cuidado.

De todos modos, y en este caso, creo más en las ansias de seguir alimentado esa áurea de pasado de rosca y muerto viviente cultivada a lo largo de su carrera artística, que en la remota posibilidad de una esnifada tan macabra.

Sea como sea, el miércoles de ceniza ya hace días que saltó del calendario.

No hay comentarios: